"Si hay una constante en todas las fuentes de yoga, esa es su insistencia en el carácter “secreto” de su enseñanza. El secretismo es la forma de salvaguardar la transmisión íntegra y protegerla de contaminaciones externas. Aunque actualmente el acceso a todo tipo de información es libre, rápido y cómodo, el carácter secreto del yoga sigue estando vigente. Cabe distinguir entre “información”, a la cual se puede acceder de manera casi ilimitada, y “conocimiento”, cuyo acceso está tan restringido hoy como siempre lo ha estado. En la tradición india, el conocimiento es un bien que se merece y conquista, no un derecho que tienen todos los hombres por igual, a modo de como se entiende en el mundo moderno. Tradicionalmente, el acceso a los textos clásicos estaba restringido a iniciados en yoga, principalmente porque su comprensión dependía directamente de su práctica. De esta forma, se evitaban malas lecturas manteniendo la escritura en secreto. Actualmente, casi todo el mundo puede tener acceso a la lectura de estas obras o a alguna de sus traducciones. Sin embargo, de todos los que tendrían acceso a la lectura, verdaderamente muy pocos se interesarán por las obras, y de esos, otros pocos las leerán. De esos escasos lectores, alguno será practicante de yoga. Y de esos practicantes, quizá alguno llegue a comprender su contenido. De esta manera, se puede entender que la restricción de este tipo de textos sigue siendo la misma que cuando fueron redactados por primera vez. La única diferencia es que tradicionalmente se evitaban las lecturas inapropiadas a través del secretismo, y en el mundo moderno, el libre acceso a la información propicia que algunos confundan “información” con “conocimiento”. Más allá de esas distinciones, el conocimiento verdadero sigue estando protegido como siempre lo estuvo." - José A. Offroy Arranz

lunes, 23 de septiembre de 2019

SANATSUJATIYA de Vedavyasa - parte 1

Entonces, el erudito rey Dhritarashtra, alabando la solicitud de Vidura, interrogó en privado a Sanatsujata, el Mahatma, para que le enseñe el conocimiento supremo.  


Dhritarashtra le preguntó a Sanatsujata:  
Sanatsujata, he oído decir que enseñas que no existe la muerte. Asimismo he oído que los Devas y los Asuras observan el Brahmacharya para lograr la inmortalidad. De estas enseñanzas, ¿cuál es la verdadera? 

Dijo Sanatsujata:  
Oh rey, algunos dicen que puede lograrse la inmortalidad mediante la ejecución de karmas (obras piadosas), mientras otros dicen que no hay muerte en absoluto. Escucha mi explicación para que ya no abrigues duda alguna.  

Oh Kshatriya, ambas cosas son ciertas y descienden desde el Comienzo. Los sabios sostienen la opinión de que la muerte es resultado de la ignorancia. Yo digo que la inadvertencia es Muerte, y por lo tanto, la ausencia de inadvertencia es la inmortalidad.  

Los Asuras cayeron debido a su inadvertencia, mientras que los Suras lograron el estado de Brahman debido a su fala de inadvertencia. La muerte no se come a las criaturas como hace un tigre, y su forma no puede conocerse. 

Algunos dicen que Yama es la Muerte. El reside en los seres, es inmortal, y practica el Brahmacharya. Ese deva gobierna en el Pitriloka, otorga felicidad a los virtuosos y aflicción a los malvados.  

Es por orden suya que entre los hombres se origina la muerte en forma de furia, inadvertencia e ilusión. Así, ilusionados y dominados por sus pasiones, parten de este mundo y a él retornan nuevamente.

Al encarnar, detrás de ellos van los sentidos; después mueren y eso se repite interminablemente. La ejecución de karma (acciones) les genera apego a sus resultados y así no pueden vencer a la muerte.

El que ha conquistado su mente y no se deja excitar por los objetos de los sentidos, considerándolos algo sin valor gracias a la ayuda del autoconocimiento, queda muerto para la muerte misma. Sabio es aquel que destruye los deseos.

El hombre que va en pos de los deseos, es destruido junto con los objetos deseados, mas del hombre que abandona los deseos, se alejan los pesares, oh rey.

El cuerpo del ser encarnado es oscuridad e infierno. Como un ebrio que cae en un pozo, los que están apegados a él marchan hacia su destrucción.

Ver algo como deseable es lo primero que mata. Pronto siguen detrás el deseo y la ira. Ellas conducen a la muerte a los que son como niños. En cambio el abstinente escapa de la muerte mediante su abstinencia.  

A uno cuya mente no está confundida, oh Kshatriya, ella no le causa temor, igual que un tigre de paja. El interno Atman que está en tu cuerpo, asociado con la furia y la codicia, y lleno de ignorancia, es la muerte.  

Al saber que la muerte se produce de este modo, el establecido en el conocimiento, no alberga temores ante la muerte. Así como el cuerpo se destruye bajo la influencia de la muerte, la propia muerte se destruye bajo la influencia del conocimiento.

Dijo Dhritarashtra:  
En este mundo, algunos realizan los deberes prescritos y otros no. ¿Es capaz el dharma de destruir los pecados, o son los pecados los que destruyen al dharma?

Dijo Sanatsujata:   
Los frutos de ambos son transitorios. Mientras se dedica a la práctica del dharma, el sabio destruye su dharma y su adharma. Pero el que practica el dharma es fuerte, y de aquí su éxito.

Dhritarashtra dijo:   
Háblame de las regiones eternas que logran los dos-veces-nacidos dedicados a la práctica del dharma por sus propios actos virtuosos. Háblame de otras regiones de tipo similar, oh sabio señor, y de las acciones piadosas (karma) que deben hacerse para alcanzarlas.

Dijo Sanatsujata:   
Los Brahmanas se esfuerzan como hace fuerza el hombre forzudo, y al partir de aquí resplandecen en las regiones paradisíacas. Donde alimentos y bebida dignos de un Brahmana abundan como el pasto y los juncos en la estación de las lluvias,y no ha de afligir de modo alguno a su persona. 

En un lugar inauspicioso, ante inconvenientes y peligros, el que no proclama su superioridad es mejor que el que sí lo hace.  

La ración prescrita del Brahmana ofrecida por aquél que no maltrata a su persona, es aceptado como buen alimento por el virtuoso.   

Así como los perros devoran su propio vómito aunque eso les hace daño, también los que se procuran la subsistencia exhibiendo su religiosidad comen su propio vómito.   

Los sabios reconocen como Brahmana al que aún viviendo en medio de sus conocidos, desea que sus prácticas religiosas permanezcan desconocidas para ellos.  

Oh Kshatriya, ¿quién encontrará a Brahman en su interno Atman y verá así la luz de Brahman?

El conocedor de Brahman vive sin esforzarse, es tranquilo y es aceptado como bueno por la gente buena. Ese es un Brahmana y un sabio.  

Los dos-veces-nacidos que han logrado las riquezas, no las del mundo sino las de los Vedas, son invencibles e inamovibles y son reconocidos como encarnaciones de Brahman.   

Incluso aquél que sabe como invocar a los dioses que otorgan todos los beneficios deseados, no puede nunca igualar en gloria al Brahmana.   

Glorioso es aquél que es estimado por los dignos de estima. Estimado, no se considera estimado, des-estimado, no se abate por ello.  

Sólo los entendidos estimana los demás: así ha de pensar cuando otros lo estimen. Los ignorantes del dharma, de los shastras y las buenas costumbres no estiman a los estimables: así ha de pensar cuando lo desestimen.   

La estima y el mauna no siempre coexisten. La estima es de este mundo, mientras que mauna se ocupa del Tat (Aquello).   

Oh Kshatriya, aquí la felicidad reside en la prosperidad mundanal. Sin embargo, esta es un impedimento. Por otro lado, la prosperidad celeste es inalcanzable para los que carecen de sabiduría. 

Dicen los rectos que hay varias clases de puertas difíciles de franquear que dan el acceso a esa prosperidad. Son: verdad, rectitud, modestia, autocontrol, pureza y conocimiento, seis cosas que no permiten que la vanidad y la ilusión nos dominen.

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