"Si hay una constante en todas las fuentes de yoga, esa es su insistencia en el carácter “secreto” de su enseñanza. El secretismo es la forma de salvaguardar la transmisión íntegra y protegerla de contaminaciones externas. Aunque actualmente el acceso a todo tipo de información es libre, rápido y cómodo, el carácter secreto del yoga sigue estando vigente. Cabe distinguir entre “información”, a la cual se puede acceder de manera casi ilimitada, y “conocimiento”, cuyo acceso está tan restringido hoy como siempre lo ha estado. En la tradición india, el conocimiento es un bien que se merece y conquista, no un derecho que tienen todos los hombres por igual, a modo de como se entiende en el mundo moderno. Tradicionalmente, el acceso a los textos clásicos estaba restringido a iniciados en yoga, principalmente porque su comprensión dependía directamente de su práctica. De esta forma, se evitaban malas lecturas manteniendo la escritura en secreto. Actualmente, casi todo el mundo puede tener acceso a la lectura de estas obras o a alguna de sus traducciones. Sin embargo, de todos los que tendrían acceso a la lectura, verdaderamente muy pocos se interesarán por las obras, y de esos, otros pocos las leerán. De esos escasos lectores, alguno será practicante de yoga. Y de esos practicantes, quizá alguno llegue a comprender su contenido. De esta manera, se puede entender que la restricción de este tipo de textos sigue siendo la misma que cuando fueron redactados por primera vez. La única diferencia es que tradicionalmente se evitaban las lecturas inapropiadas a través del secretismo, y en el mundo moderno, el libre acceso a la información propicia que algunos confundan “información” con “conocimiento”. Más allá de esas distinciones, el conocimiento verdadero sigue estando protegido como siempre lo estuvo." - José A. Offroy Arranz

viernes, 17 de mayo de 2013

NAN YAR - Sri Bhagavan Ramana Maharshi - part 1

 Ramana Maharshi


Párrafo uno

Puesto que todos los seres vivos desean ser siempre felices [y] exentos de miseria, puesto que todos [ellos] tienen el amor más grande solo por su propio sí mismo, y puesto que solo la felicidad es la causa del amor, [para] obtener esa felicidad, que es su propia naturaleza [verdadera] y que experimentan diariamente en el sueño profundo [sin sueños], el cual es carente de la mente, es necesario conocer [el propio] sí mismo [real]. Para eso, solo jñana-vichara [escudriñar la consciencia para saber] «¿quién soy yo?» es el medio principal.

Párrafo dos

¿Quién soy yo? El sthula deha [el cuerpo «grosero» o físico], que está [compuesto] de los sapta dhatus [los siete constituyentes, a saber: quilo, sangre, carne, grasa, médula, hueso y semen], no es «yo». Los cinco jñanendriyas [los órganos de los sentidos], a saber: oídos, piel, ojos, lengua y nariz, que individualmente [y respectivamente] conocen los cinco vishayas [los «dominios» de los sentidos o los tipos de percepción de los sentidos], a saber: sonido, tacto [la textura y otras cualidades percibidas por el tacto], forma [figura, color y otras cualidades percibidas por la vista], gusto y olfato, no son tampoco «yo». Los cinco karmendriyas [los órganos de acción], a saber: las cuerdas vocales, los pies [o piernas], las manos [o brazos], el ano y los genitales, que [respectivamente] hacen las cinco acciones, a saber: hablar, caminar, agarrar [o dar], defecar y gozar [sexualmente], no son tampoco «yo». Los pancha vayus [los cinco «vientos», «aires vitales» o fuerzas metabólicas], comenzando con prana [la respiración], que cumplen las cinco funciones [metabólicas], comenzando con la respiración, no son tampoco «yo». La mente, que piensa, no es tampoco «yo». La ignorancia [la ausencia de todo conocimiento dualista] que está combinada solo con los vishaya-vasanas [las inclinaciones, impulsos, deseos, propensiones o saboreaciones latentes de las percepciones o el goce de los sentidos] cuando todas las percepciones de los sentidos y todas las acciones han sido cortadas [como en el sueño profundo], no es tampoco «yo». Habiendo hecho neti [negación, eliminación o denegación de todo lo que no es nosotros] pensando que todas las cosas dichas anteriormente no son «yo», no «yo», solo el conocimiento que permanece [entonces] desapegado es «yo»La naturaleza de [este] conocimiento [«yo soy»] es sat-chit-ananda [ser-consciencia-felicidad].

Párrafo tres

Si [nuestra] mente, que es la causa de todo conocimiento [dualista, relativo u objetivo] y de toda actividad, se sumerge [deviene quieta, desaparece o cesa de existir], [nuestra] percepción del mundo cesa. Lo mismo que el conocimiento de la cuerda, que es la base [que subyace y soporta la apariencia de la serpiente], no surge a no ser que el conocimiento de la serpiente imaginaria cese, svarupa-darsana [el verdadero conocimiento experimental de la naturaleza esencial o sí mismo real], que es la base [que subyace y soporta la apariencia del mundo], no surge a no ser que [nuestra] percepción del mundo, que es una imaginación [o fabricación] cese.

Párrafo cuatro

Eso que es llamado «mente» es una atisaya sakti [un poder extraordinario o formidable] que existe en atma-svarupa [el sí mismo real]. Ella proyecta todos los pensamientos [o causa que todos los pensamientos aparezcan]. Cuando [nosotros] vemos [lo que queda] habiendo eliminado [abandonado, descartado, disipado, borrado o destruido] todos [nuestros] pensamientos, [descubrimos que] solitariamente [separada de o independiente de los pensamientos] no hay ninguna cosa tal como la «mente»; por lo tanto, solo el pensamiento es la svarupa [la naturaleza o forma básica] de [nuestra] mente. Habiendo eliminado [todos los] pensamientos, [descubrimos que] no hay ninguna cosa tal como el «mundo» [existiendo separada o independientemente] como [aparte de los pensamientos]. En el sueño profundo no hay pensamientos [y consecuentemente] no hay tampoco ningún mundo; en la vigilia y el sueño con sueños hay pensamientos, [y consecuentemente] también hay un mundo. Lo mismo que una araña saca [un] hilo de sí misma y de nuevo lo [retrae] dentro de sí misma, así también [nuestra] mente proyecta [este o algún] otro mundo desde dentro de sí misma y de nuevo lo disuelve [lo retrae] dentro de sí misma. Cuando [nuestra] mente sale de atma-svarupa [el sí mismo real], el mundo aparece. Por lo tanto, cuando el mundo aparece, svarupa [la «propia forma» o sí mismo real] no aparece [como es realmente, es decir, como la consciencia de solo ser no-dual, absoluta e infinita]; cuando svarupa aparece (brilla) [como es realmente], el mundo no aparece. Solo si [nosotros] continuamos investigando la naturaleza de [nuestra] mente, «tan» aparece finalmente como [la única realidad subyacente que ahora tomamos erróneamente por la] mente. Eso que [aquí] es llamado «tan» [un pronombre reflexivo tamil que significa «uno mismo» o «nosotros»] es solo atma-svarupa [el sí mismo real]. [Nuestra] mente solo subsiste combinándose siempre con [literalmente, siguiendo o conformándose a] un objeto grosero [un cuerpo físico]; solitariamente no subsiste. De [nuestra] mente solo se habla como sukshma sarira [el «cuerpo sutil», es decir, la forma o semilla sutil de todos los cuerpos físicos imaginarios que la mente crea y toma erróneamente como ella misma] y como jiva [el «alma» o sí mismo individual].

Párrafo cinco

Lo que surge en este cuerpo como «yo», solo eso es [nuestra] mente. Si [nosotros] investigamos en qué lugar el pensamiento «yo» surge primero en [nuestro] cuerpo, llegamos a saber que [surge primero] en [nuestro] corazón [el núcleo más íntimo del ser]. Solo eso es el lugar de nacimiento de [nuestra] mente. Si permanecemos pensando «yo, yo», ello [nos] lleva y [nos] deja en ese lugar. De todos los pensamientos que aparecen [o surgen] en [nuestra] mente, solo el pensamiento «yo» es el primer pensamiento. Solo después de que éste surge, otros pensamientos surgen. Solo después de que la primera persona aparece, la segunda y la tercera persona aparece; sin la primera persona, la segunda y la tercera no existe.

Párrafo seis

Solo por [medio de] la investigación «¿Quién soy yo?» [nuestra] mente se sumerge [se encoge, se aplaca, deviene calma, desaparece o deja de ser]; el pensamiento «¿Quién soy yo?» [es decir, el esfuerzo que hacemos para prestar atención al ser esencial], habiendo destruido todos los demás pensamientos, finalmente él mismo es destruido como un palo de cremar cadáveres [es decir, un palo que se usa para mover la pira funeraria a fin de asegurar que el cadáver está enteramente quemado]. Si surgen otros pensamientos, sin tratar de completarlos, [nosotros] debemos investigar a quién han acontecido. Por muchos pensamientos que surjan, ¿qué [más da]? Tan pronto como aparece cada pensamiento, si [nosotros] investigamos vigilantemente a quién han acontecido, «a mí», será claro [es decir, estaremos acordándonos claramente de nosotros, a quien acontece cada pensamiento]. Si investigamos [así] «¿Quién soy yo?» [es decir, si volvemos la atención atrás hacia nosotros y la mantenemos fijada firme, aguda y vigilantemente sobre el ser auto-consciente esencial para descubrir qué es realmente este «mí»], [nuestra] mente vuelve a su lugar de nacimiento [el núcleo más íntimo del ser, que es la fuente de la que surgió]; [y puesto que con ello nos abstendremos de prestarle atención] el pensamiento que había surgido se sumerge también. Cuando practicamos, y practicamos de esta manera, para [nuestra] mente aumenta el poder de permanecer firmemente establecida en su lugar de nacimiento [es decir, al practicar repetidamente volviendo la atención hacia el mero ser, que es el lugar de nacimiento de la mente, aumenta la capacidad de ésta para permanecer como mero ser]. Cuando [nuestra] mente sutil sale a través del portal de [nuestro] cerebro y órganos de los sentidos, los nombres y formas groseros [los pensamientos o imágenes mentales que constituyen la mente, y los objetos que constituyen este mundo] aparecen; cuando permanece en [nuestro] corazón [el núcleo de nuestro ser], los nombres y formas desaparecen. Solo a [este estado de] retener [nuestra] mente en [nuestro] corazón sin dejar[la] ir hacia fuera [es verdaderamente aplicable] el nombre «ahamukham» [«mirar –a– yo» o «auto-atención»] o «antarmukham» [«mirar–adentro» o introversión]. Solo [al estado de] dejar[le] ir hacia fuera [es verdaderamente aplicable] el nombre «bahirmukham» [«mirar–afuera» o extroversión]. Solo cuando [nuestra] mente permanece firmemente establecida en [nuestro] corazón de esta manera, [el pensamiento primario] «yo», que es la raíz [la base, fundamento u origen] de todos los pensamientos, se va [desaparece o deja de ser], y solo brilla [nuestro] sí mismo [real] siempre existente. El lugar [es decir, el estado o realidad] exento incluso del menor [rastro] de [nuestro] pensamiento [primario] «yo», es svarupa [la «propia forma» o sí mismo real]. Solo eso es llamado «mauna» [silencio]. Solo a [este estado de] solo ser [es verdaderamente aplicable] el nombre «jñana-drishti» [«conocimiento–ver», es decir, la experiencia del conocimiento verdadero]. Ese [estado] que es solo ser, es solo [el estado de] hacer [que la] mente se sumerja [se aplaque, se funda, se disuelva, desaparezca, sea absorbida, o perezca] en atma-svarupa [el sí mismo real]. Aparte de [este estado de ser no-dual] estos [estados de conocimiento dualista] que son conocer los pensamientos de otros, conocer los tres tiempos [lo que aconteció en el pasado, lo que está aconteciendo ahora, y lo que acontecerá en el futuro], y conocer qué está aconteciendo en un lugar distante, no puede ser jñana-drishti [la experiencia del conocimiento verdadero].

Párrafo siete

Eso que existe realmente es solo atma-svarupa [el sí mismo real]. El mundo, el alma y Dios [que son los tres elementos básicos de la existencia finita] son imaginaciones [o fabricaciones] en él [en el sí mismo real], lo mismo que la plata [imaginaria] [que vemos] en una concha. Estos tres [elementos básicos de relatividad o dualidad] aparecen al mismo tiempo [tal como cuando despertamos del sueño profundo] y desaparecen al mismo tiempo [tal como cuando nos sumergimos en el sueño profundo]. Solo [nuestra] svarupa [la «propia forma» o sí mismo real] es el mundo; solo [nuestra] svarupa es «yo» [la consciencia que aparece como el sí mismo individual, la mente o alma]; solo [nuestra] svarupa es Dios; todo es siva-svarupa [el sí mismo real, que es siva, la única realidad absoluta y verdaderamente existente].

Párrafo ocho

Para hacer que la mente se sumerja [permanentemente], no hay ningún medio adecuado aparte de vichara [investigación, es decir, el arte de ser auto-atento]. Si es controlada por otros medios, la mente permanecerá como si estuviera sumergida, [pero] emergerá de nuevo. Por el pranayama [control de la respiración], la mente se sumergirá; sin embargo, [aunque] la mente permanezca así mientras la respiración permanece sumergida, cuando la respiración emerja [o devenga manifiesta] ella también emergerá y vagará errante bajo el dominio de [sus] vasanas [inclinaciones, impulsos o deseos]. El lugar de nacimiento tanto de la mente como del prana [la respiración o fuerza vital] es uno. Solo el pensamiento es la svarupa [la «forma propia»] de la mente. Solo el pensamiento «yo» es el primer pensamiento [o pensamiento básico] de la mente; solo él es el ego. De donde surge el ego, solo de ahí surge también la respiración. Por lo tanto, cuando la mente se sumerge, el prana también [se sumerge], [y] cuando el prana se sumerge, la mente también. Sin embargo, en el sueño profundo, aunque la mente se haya sumergido, la respiración no se sumerge. Está dispuesto así por el ordenamiento de Dios con el propósito de proteger al cuerpo, y para que otras gentes no se pregunten si el cuerpo ha muerto. Cuando la mente se sumerge en la vigilia y en samadhi [cualquiera de los distintos tipos de absorción mental que resultan del yoga u otras formas de práctica espiritual], el prana se sumerge. Se dice que el prana es la forma grosera de la mente. Hasta el tiempo de la muerte, la mente mantiene el prana en el cuerpo, y en el momento en que el cuerpo muere, ella [la mente] lo toma y se lo lleva [el prana]. Por lo tanto, el pranayama es solo una ayuda para controlar la mente, pero no efectuará mano-nasa [la aniquilación de la mente].

Párrafo nueve

De la misma manera que el pranayama, la murti-dhyana [la meditación en una forma de Dios], el mantra-japa [la repetición de palabras sagradas tales como un nombre de Dios] y el ahara-niyama [la restricción de la dieta, particularmente la restricción de consumir solo comida vegetariana] son [solo] ayudas que controlan la mente [pero no efectúan su aniquilación]. Tanto por la murti-dhyana como por el mantra-japa, la mente obtiene agudeza [o concentración]. De la misma manera que, si [alguien] pone una cadena en la trompa de un elefante, que siempre se está moviendo [balanceándose tratando de agarrar una cosa u otra], ese elefante procede a aferrarse a ella firmemente sin [agarrar ni] aferrarse a nada más; así también ciertamente la mente, que está siempre moviéndose [vagando errante pensando en una cosa u otra], si es entrenada en [la práctica de pensar en] cualquier nombre o forma [particular] [de Dios], permanece aferrada firmemente a él [sin pensar innecesariamente en nada más]. Debido a que la mente se derrama [esparciendo su energía] en pensamientos innumerables, cada pensamiento deviene extremadamente débil. Para la mente que ha obtenido agudeza cuando los pensamientos se reducen y se reducen [es decir, que ha obtenido agudeza debido a la reducción progresiva de sus pensamientos] y que con ello ha obtenido fuerza, atma-vichara [la auto-investigación, que es el arte de ser auto-atento] es logrado fácilmente. Por el mita sattvika ahara-niyama [el control de consumir solo una cantidad moderada de alimento puro o sattvika], que es la mejor entre todas las restricciones, el sattva-guna [la cualidad de la calma, claridad o «sei-dad»] de la mente aumenta y [con ello] surge la ayuda para la auto-investigación.

Párrafo diez

Aunque los vishaya-vasanas [las impulsiones o deseos latentes por prestar atención a otras cosas aparte de nosotros mismos], que vienen desde tiempos inmemoriales, surgen [como pensamientos] en incontable número como olas en el océano, son todos destruidos cuando svarupa-dhyana [la auto-atención] aumenta y aumenta. Sin dar lugar al pensamiento dubitativo: «¿Es posible disolver tantos vasanas y ser [o permanecer] solo como sí mismo?», [nosotros] debemos aferrarnos tenazmente a la auto-atención. No importa cuán pecador pueda ser una persona, si en lugar de lamentarse y llorar: «¡Yo soy un pecador! ¿Cómo voy a ser salvado?», [él] rechaza completamente el pensamiento de que es un pecador y es ardiente [o firme] en la auto-atención, ciertamente se realiza [o transforma en la «forma» verdadera del ser auto-consciente libre de pensamiento].

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