"Si hay una constante en todas las fuentes de yoga, esa es su insistencia en el carácter “secreto” de su enseñanza. El secretismo es la forma de salvaguardar la transmisión íntegra y protegerla de contaminaciones externas. Aunque actualmente el acceso a todo tipo de información es libre, rápido y cómodo, el carácter secreto del yoga sigue estando vigente. Cabe distinguir entre “información”, a la cual se puede acceder de manera casi ilimitada, y “conocimiento”, cuyo acceso está tan restringido hoy como siempre lo ha estado. En la tradición india, el conocimiento es un bien que se merece y conquista, no un derecho que tienen todos los hombres por igual, a modo de como se entiende en el mundo moderno. Tradicionalmente, el acceso a los textos clásicos estaba restringido a iniciados en yoga, principalmente porque su comprensión dependía directamente de su práctica. De esta forma, se evitaban malas lecturas manteniendo la escritura en secreto. Actualmente, casi todo el mundo puede tener acceso a la lectura de estas obras o a alguna de sus traducciones. Sin embargo, de todos los que tendrían acceso a la lectura, verdaderamente muy pocos se interesarán por las obras, y de esos, otros pocos las leerán. De esos escasos lectores, alguno será practicante de yoga. Y de esos practicantes, quizá alguno llegue a comprender su contenido. De esta manera, se puede entender que la restricción de este tipo de textos sigue siendo la misma que cuando fueron redactados por primera vez. La única diferencia es que tradicionalmente se evitaban las lecturas inapropiadas a través del secretismo, y en el mundo moderno, el libre acceso a la información propicia que algunos confundan “información” con “conocimiento”. Más allá de esas distinciones, el conocimiento verdadero sigue estando protegido como siempre lo estuvo." - José A. Offroy Arranz

sábado, 18 de mayo de 2013

PRAJNAPARAMITA HRIDAYAN SUTTA

¡Rindamos homenaje a la Perfección de la Sabiduría,
la Adorable, la Sagrada!
Avalokita, el Sagrado Señor y Bodhisattva,
se internó en el profundo curso de la Sabiduría
que todo lo trasciende.
Mirando hacia abajo, desde lo alto,
sólo contempló cinco agregados,
y vio que, en sí mismos,
estaban vacíos.






Aquí, ¡Oh! Sariputta, la forma es vacío
y el vacío mismo es forma;
el vacío no se diferencia de la forma,
la forma no se diferencia del vacío;
todo lo que es forma, es vacío;
todo lo que es vacío, es forma;
lo mismo es aplicable a los sentimientos,
a las percepciones, a los impulsos y a la consciencia.
Aquí, ¡Oh! Sariputta,
todos los dharmas se caracterizan por el vacío;
ni son producidos, ni detenidos,
ni están mancillados, ni son inmaculados,
ni son deficientes, ni completos.
Por lo tanto, ¡Oh! Sariputta,
en el vacío no hay forma,
ni sensación, ni percepción,
ni impulso, ni consciencia;
ni ojo, ni oído, ni nariz, ni lengua, ni cuerpo, ni mente;
ni formas, ni sonidos, ni olores, ni sabores, ni cosas tangibles, ni objetos de la mente,
ni elementos del órgano visual,
y así sucesivamente
hasta que llegamos
a la ausencia de todo elemento de consciencia mental.
No hay ignorancia, ni extinción de la ignorancia,
y así sucesivamente,
hasta que llegamos a la no existencia de decadencia ni muerte,
ni extinción de la decadencia ni de la muerte.
No hay sufrimiento, ni origen, ni cesación, ni camino;
no hay cognición, ni logro, ni no-logro.
Por lo tanto, ¡Oh! Sariputta,
el Bodhisattva,
a causa de su estado de no persecución de logros,
y habiéndose confiado a la perfección de la sabiduría,
vive sin pensamientos que lo envuelvan.
Al no estar envuelto en pensamientos,
nada le hace temblar,
y superando toda preocupación,
alcanza al fin el Nirvana.
Todos los que aparecen como Budas
en los tres períodos del tiempo,
despiertan por completo a la excelsa,
verdadera y perfecta Iluminación
porque se han confiado a la perfección de la Sabiduría.
Por lo tanto, uno debería reconocer al prajnaparamita como el gran sortilegio,
la quintaesencia de la gran Sabiduría,
el sortilegio supremo, el sortilegio inigualable
que alivia todo sufrimiento, en verdad—
porque ¿qué podría ir mal?
Este sortilegio procede del prajnaparamita
y dice así:
Se fue, se fue, se fue más allá;
se fue, trascendiéndolo por completo.
GATE GATE PARAGATE PARASAMGATE

BODHI SVAHA
¡Oh! ¡qué despertar! ¡Aleluya!
Esto completa el corazón de la perfecta Sabiduría.

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