Mientras el cuerpo está aquí, el Santo actúa. Él llama «madre» a su madre, y «esposa» a su esposa. Pero, sin embargo, él sabe. Si alguien le pregunta, «¿cuál es su nombre?», él da su nombre; pero, sin embargo, sabe: «yo no soy esto». Se requiere esta comprensión tajante. La comprensión completa es llamada «Eso». Sea en «Eso». Sea como una hoja de loto —usted es producido en agua, vive en agua, pero usted no es tocado por el agua. Permanezca así, nada más. Una vez que usted sabe, «yo no soy esto», entonces deviene sin dudas. Mi Maestro me dijo, «después de comprender, si quieres quedarte, quédate. Quédate en la cárcel, pero recuerda, “yo no soy una víctima”». Uno no puede provocar dejar lo ilusorio tan deprisa; así pues, viva en ello; pero comprenda que «yo no soy la víctima». El ego es así; permanece en muchas figuras y maneras diferentes. Así pues, uno debe estar siempre alerta; y entonces, una vez que su comprensión es completa, no hay nada de qué inquietarse. Lo que usted ve es ilusión. Si usted comprende que «mí mismo es ilusión», entonces ¿dónde está todo? Las gentes no comprenden que la ilusión es nada. ¿Cómo puede ella bloquearle a usted? ¿Cómo puede nada bloquearle a usted?
Lo que ve y percibe está en usted y no fuera. Usted no es el cuerpo, délo por hecho. Cuando la mente acepta un pensamiento y se apega a él, entonces todo se ve como «otro» que Él.
En la naturaleza humana, el miedo está siempre. Todo el mundo tiene miedo, debido a que creen que «yo soy el cuerpo». La mente crea este miedo que no es nada sino su propio concepto. El miedo surge en la mente debido a la inestabilidad del mundo. El mundo cambia a cada minuto. Si usted va más allá de la ignorancia y del conocimiento, entonces no hay ningún miedo. Por ejemplo, una pantalla no tiene ningún miedo de la película debido a que la pantalla es estable. Así pues, lo que no es estable siempre tiene miedo. Su mente cambia a cada momento y no puede permanecer estable por sí misma. Si su mente conoce su propia fuente o su propio comienzo, sólo entonces puede ser feliz. Mientras hay un cuerpo, hay miedo. Si usted quiere ser sin miedo, sea lo que es sin miedo, debido a que eso no tiene fin. La realidad final no tiene fin ni comienzo, es sin límites. Es tan sutil que todos los pensamientos y conceptos desaparecen. La dualidad contiene el miedo, la unidad no tiene ningún miedo.
Quite la espina del ego. Quite el nombre y la forma, y no hay nada. Usted ve por su propia comprensión que todo es ilusión. ¡Experiméntelo! Usted no quiere ver debido a que la mente no le deja ver. La mente es el único obstáculo que le mantiene alejado de usted. La mente dice, «esto es verdadero». Diga a la mente, «esto no es verdadero». Comprenda a la mente, y entonces ella no permanece.
Usted puede ver el espacio, puede observar el espacio, puede sentir el espacio, pero la realidad es más allá del espacio. El espacio es cero, donde no hay ningún silencio, ni voz, ni paz, ni ningún estado. Todo esto son cosas condicionadas. El silencio no es Él, la paz tampoco es Él. Él no tiene nada. Si hubiera tenido algo, entonces eso habría sido la realidad, y no Él. Nada puede perturbar-Le debido a que no existe. La realidad no requiere nada, pues de otro modo eso habría perturbado a esa realidad.
Entonces, el aspirante puede preguntar, «¿qué debo hacer?» ¡No haga nada! Las palabras sólo llegan hasta el espacio. El Señor Krishna dice en la Bhagavad Gita, «ahí, de donde vienen las palabras, eso es mí Sí mismo». Eso es mi Sí mismo. En la Biblia, Cristo dice también la misma cosa, «conócete a ti mismo y conoces el mundo». Vaya adonde acaba el pensamiento, vaya a eso, y ahí es el Sí mismo. Así pues, yo lo llamo siempre, «Sí mismo sin sí mismo». La realización del Sí mismo es Sí mismo sin sí mismo. Mientras permanece «realizar», permanece el sí mismo. Los ojos han adquirido el hábito de ver lo que no es. El Maestro le lleva a eso, a la realidad, y dice, «compréndase a usted mismo». Ésta es la situación.
Mi Maestro, Siddharameshwar Maharaj, daba primero el conocimiento, mientras que nuestros mitologistas dicen que primero se debe tener renunciación, y que después se recibe el conocimiento. Siddharameshwar Maharaj decía que la renunciación sin conocimiento es inútil. Ella deviene una esclavitud de la mente. Por ejemplo, se prepara una buena comida. Hay un olor agradable y todo el mundo quiere comer. Pero alguien dice a los demás, «no comáis». Ellos preguntan, «¿por qué no? Entonces se les hace saber que hay veneno en la comida. El conocimiento del veneno lleva a la renunciación inmediata. Así pues, si hay conocimiento primero, la renunciación debe venir automáticamente.
Primero se requiere la comprensión mental; y después de eso viene la comprensión práctica. El talento intelectual es la cosa más grande. Sin el intelecto, uno no puede comprender. Así pues, usted tiene que comprender completamente con el intelecto, y entonces, ese conocimiento o esa comprensión se sumergirá, debido a que el conocimiento es un pensamiento. Un pensamiento bueno o un pensamiento malo, los dos son pensamientos. Así pues, el conocimiento es una espina de oro, y la ignorancia es una espina ordinaria, y ambas son esclavitud. Suponga que a sus manos se les han puesto grilletes. Los grilletes pueden ser de hierro o pueden ser de oro, pero son una prisión. Lo mismo ocurre con las espinas. Uno debe comprender y deshacerse de ellas. Es muy difícil deshacerse del conocimiento, debido a que el ego permanece donde hay conocimiento. El conocimiento es el ego, nada más. Para borrar ese conocimiento, uno debe decir, «yo no sé nada». Como decía Sócrates, «Yo sólo sé que yo no sé».
No hay ninguna experiencia en la realidad. ¿Qué experiencia tiene usted cuando duerme profundamente? Ese conocimiento, o ese poder está aquí, y todo lo demás no es. La realidad es más allá de la ignorancia y del conocimiento. Por ejemplo, la obscuridad y la luz van juntas. Si se apaga una luz, la obscuridad está aquí; y si usted enciende esa luz, la obscuridad desaparece automáticamente. Ellas son uno. De la misma manera, el conocimiento y la ignorancia son uno. En las palabras de mi Maestro, Siddharameshwar Maharaj, «el conocimiento es la mayor ignorancia». Por medio del conocimiento nosotros conocemos eso que es nada; y éste es el truco, nada más. Uno debe conocer este truco.
Lo que conoce usted hoy, lo que conocerá usted mañana, es lo mismo. De la misma manera, el conocimiento no cambia nunca. Debido a la ignorancia, los efectos difieren. Si usted coloca una cubierta sobre la luz, entonces habrá obscuridad; y si después quita la cubierta, entonces vuelve la luz.
Quite el velo de la ignorancia que ha venido sobre usted. Quite la cortina de delante de la luz, y la luz está aquí. En el sueño profundo uno va a este «final». Vaya al «final» y encuentre a su Sí mismo. Encontrar significa olvidar su mente, sus pensamientos y su individualidad.
No se necesita demoler nada. ¿Por qué demoler algo? ¿Qué son estas cosas? Las cosas no vienen a inquietarle, es usted quien entra en ellas y se inquieta. Esta silla no dice nunca, «yo soy de usted». Es usted quien dice, «ella es mi silla». Así pues, ¿de quién es la culpa? No de la silla, sino de usted mismo. Usted no tiene nada que ver con ella. Usted debe ver el mundo de esa manera.
Usted debe seguir adelante. Debe haber obstáculos, pero los obstáculos deben ser vencidos. Uno debe vencer los problemas. Un problema es un pensamiento. Desde su infancia, usted ha acumulado muchos pensamientos. ¿Quién le ha dado todos esos pensamientos? Su padre, su madre, sus amigos en su círculo. Todo ha venido a usted. Todos ellos son gentes ignorantes; así pues, ¿qué pueden darle? ¿Qué puede dar la obscuridad a la luz? ¿Dígame? Nada, ¿o no? ¿Qué puede encontrar usted en la obscuridad? ¡Nada! Todos los pensamientos, todos los hábitos no son verdaderos. Todos han venido a usted debido a la ignorancia. Vaya a la fuente de donde surgen, y se disuelven. Toda esclavitud es sólo esclavitud mental que usted ha tomado de algún otro. El dinero prestado no es suyo. De la misma manera, usted ha tomado los pensamientos de otros y los ha tomado como su propia esclavitud. ¿Cómo puede ser? ¡Deseche esa esclavitud! ¿Quién se lo impide? Dé el dinero al prestamista, y usted es libre de toda deuda. Usted tiene que ser libre de la deuda.
¿Cómo puede usted saber cuándo ha encontrado a un Maestro? No hay pruebas ni estadísticas. Lo que hay escrito en los libros de conocimiento por muchos Santos y personas experimentadas, debe ser experimentado por usted. Un Maestro dice, «esto es sal». Los libros también describen la sal. Póngala en su boca y vea por usted mismo si es salada. Lo que dice el Maestro, usted debe experimentarlo. Usted sólo puede descubrir «saboreando».
Cuando el Maestro le enseña, usted puede obtener la experiencia. Nada es imposible en el mundo. Usted es Él; así pues, ¿qué es imposible? Pero usted no comprende esto, no lo toma en serio. Debido a la identificación con el cuerpo y mente, usted dice que usted no es perfecto. Todo desaparece en el sueño profundo; así pues, ¿por qué no puede ir al fin de usted mismo? ¿De dónde viene este poder? Encuentre la fuente, y eso es su Sí mismo. Uno puede comprender la realidad final si el Maestro le da la dirección verdadera. Si la dirección es falsa, usted no puede llegar al destino. El Maestro debe ser perfecto; sólo entonces puede mostrarle la senda a la realidad.
Todos quieren ser un Maestro. Incluso entre dos muchachos, siempre hay uno que será el Maestro del otro. Esa es la naturaleza del poder que hay dentro del hombre. Si usted experimenta por usted mismo lo que dice el Maestro, si puede verificarlo, entonces es verdadero. De otro modo, la separación entre Maestro y aspirante permanece. En la verdad no hay ninguna dualidad entre ellos. Así pues, la cuestión del miedo no existe. Cuando eso está plenamente satisfecho y hay la sensación de que no queda nada que adquirir en el mundo, entonces uno se siente completamente en paz. Esa satisfacción viene a usted. Uno debe experimentar por sí mismo y después hablar; de otro modo, se debe guardar silencio.
La fe se requiere hasta la comprensión sólo. Después, ya no se requiere ninguna fe. Suponga que usted tiene seis millones de dólares en el banco, y que yo le digo, «tenga fe». ¿Hay algún significado en eso? Usted dice, «no, yo sé que los tengo». Una vez que usted comprende, una vez que viene la comprensión tajante, entonces no se requiere ninguna fe. Pero para tener fe, el ego debe ser sometido. El niño pequeño tiene mucha fe en la madre; así pues, la madre hace todo por él. Antes de que llore, ella le da leche, y todo. Suponga que la madre se cae con su hijo. Cuando se levanta, primero mira si su hijo tiene algún daño. De la misma manera, el Maestro es también así. Cuando uno tiene fe, el Maestro sabe. Todas las incomprensiones y dudas de los aspirantes son aclaradas por él. Usted sólo tiene que conocerse a usted mismo. Usted sólo se representa bien o mal a usted mismo. Si esa comprensión no viene, entonces el ego permanece.
Hay un dicho en la India, «con un poco de jengibre, no se puede poner una tienda de ultramarinos». Muchas gentes hablan de Dios, aunque no conocen a Dios. ¿Por qué? Porque siempre se están moviendo en la dirección opuesta de Él. Si usted quiere ir a las montañas del norte, y va hacia el sur, ¿cómo puede llegar a las montañas? ¿Dónde está Dios y Quién es Dios? ¡Uno debe saber que Él no está fuera, sino dentro de uno! Los pensamientos se dirigen de modo natural hacia fuera; deben volverse hacia el Sí mismo con la ayuda del Maestro.
Encuentre quién es usted. Cuando todos los pensamientos acaban, Él es. Olvide todo lo que ha aprendido hasta ahora; entonces Él es. De esta manera, uno está en paz. La paz viene de dentro de nosotros mismos. Cristo dice, «conócete a ti mismo y conocerás el mundo». Cuando usted va al verdadero fin de usted mismo, la cuestión de la paz no surge. No queda nada; usted es usted mismo.
Comprenda por usted mismo que la muerte es nada. Sepa que, «yo soy sin nacimiento, yo soy sin muerte, yo no he recibido el nacimiento nunca y nunca moriré». Quítele a la serpiente el diente venenoso y juegue con ella. Usted sabe entonces que no le hará ningún daño. La muerte es nada. Cada día, cuando usted se duerme, es como una muerte pequeña. ¿Por qué tener miedo? No hay nada. Todo es ilusión. Mantenga su mente sólo en ese estado sin miedo. Como se quita el diente venenoso, de la misma manera, ¡juegue con el mundo, juegue con la ilusión!; no hay ningún mal en ello. Ello no afectará a su mente. ¡Viva sin miedo!; sabiendo que «yo soy ese poder real» no hay ninguna muerte, ningún miedo. ¡No hay nada! ¿Qué podría hacerle daño?
Yo puedo decírselo, pero es usted quien tiene que quitar la espina. Ella no existe, délo por hecho. Ella no existe, pero usted siente su existencia. La dificultad es que no la deja en paz. Usted tiene miedo de lo que acontecerá. No va a acontecer nada. Hasta ahora no ha acontecido nada; así pues, ¿qué va a acontecer ahora? Así pues, para quitar la espina del ego, diga siempre, «yo no sé nada, yo no veo, yo no oigo, yo no como, yo no duermo, yo no camino, yo no hago nada». Entonces, «yo» no es y el ego debe partir.
Uno debe ser valiente para vivir verdaderamente. Cuando usted es valiente, el miedo no permanece. Sea valiente y tenga fe en el Maestro. Haga lo que él dice, debido a que usted y Él son uno. Deshágase del velo. Es fácil dejar eso que es nada, pero es difícil ver eso que está presente y que usted ha olvidado. Hay una costumbre india en la que se distribuyen dulces a todos los parientes el día trece después de la muerte. ¿Cuál es el significado de esto? El significado es: «la persona no ha muerto, no muere nunca».
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