"Si hay una constante en todas las fuentes de yoga, esa es su insistencia en el carácter “secreto” de su enseñanza. El secretismo es la forma de salvaguardar la transmisión íntegra y protegerla de contaminaciones externas. Aunque actualmente el acceso a todo tipo de información es libre, rápido y cómodo, el carácter secreto del yoga sigue estando vigente. Cabe distinguir entre “información”, a la cual se puede acceder de manera casi ilimitada, y “conocimiento”, cuyo acceso está tan restringido hoy como siempre lo ha estado. En la tradición india, el conocimiento es un bien que se merece y conquista, no un derecho que tienen todos los hombres por igual, a modo de como se entiende en el mundo moderno. Tradicionalmente, el acceso a los textos clásicos estaba restringido a iniciados en yoga, principalmente porque su comprensión dependía directamente de su práctica. De esta forma, se evitaban malas lecturas manteniendo la escritura en secreto. Actualmente, casi todo el mundo puede tener acceso a la lectura de estas obras o a alguna de sus traducciones. Sin embargo, de todos los que tendrían acceso a la lectura, verdaderamente muy pocos se interesarán por las obras, y de esos, otros pocos las leerán. De esos escasos lectores, alguno será practicante de yoga. Y de esos practicantes, quizá alguno llegue a comprender su contenido. De esta manera, se puede entender que la restricción de este tipo de textos sigue siendo la misma que cuando fueron redactados por primera vez. La única diferencia es que tradicionalmente se evitaban las lecturas inapropiadas a través del secretismo, y en el mundo moderno, el libre acceso a la información propicia que algunos confundan “información” con “conocimiento”. Más allá de esas distinciones, el conocimiento verdadero sigue estando protegido como siempre lo estuvo." - José A. Offroy Arranz

viernes, 7 de noviembre de 2014

SRI SHANKARACHARYA Y LA SANTA ORDEN DE LOS SWAMIS por H.H Swami Rameshwarananda Giri Maharaj


Todo Swami-monje pertenece a la orden monástica que ha sido venerada en la India desde tiempos inmemoriales. Dicha Orden fue reorganizada siglos atrás por Shankara, también llamado Shankaracharya, quien le dio su forma actual. Desde entonces, ha sido dirigida por una línea ininterrumpida de santos maestros. Sus seguidores creen que Shankara fue una encarnación del dios Shiva. La fecha del nacimiento de Shankara es motivo de disputas escolásticas habituales. Algunos anales indican que el incomparable monista vivió del 510 al 478 a. C.; historiadores occidentales señalan su nacimiento en el siglo octavo de nuestra era. 

Shankara integró los conceptos del vedismo, brahmanismo, shivaísmo y budismo para establecer las bases de su reforma del hinduísmo. Se cree que se basó en el modelo budista de monacato para fundar las diez órdenes de monjes de la religión shivaíta, a la que pertenecía, creando para las mismas sus respectivas reglas. Esas comunidades monásticas (Maths), estaban integradas por uno de los diez dasanamis sannyasis (esta última palabra significa “completo renunciante”).

El nombre que recibieron estas diez órdenes de monjes fundadas por Shankara era el de “Advaita Vedanta Dasanami Sannyasin”. Estos monjes, en la antigüedad, en un principio tenían cuatro Shankaracharyas o Pontífices Shivaítas que luego pasaron a ser cinco y posteriormente quince. Estos Shankaracharyas rigen a los Swamis de cada una de las diez órdenes dasanami dentro del shivaísmo de origen dravida o del sur de la India.

Shankara no creó una orden llamada de los Swamis, así como sus principales sucesores no usaron en general el nombre de Swami que se aplicó posteriormente como signo de respeto monástico a la total renuncia a los apegos del mundo, como sucedió en el jainismo. Hay muchos Swamis-monjes (tal vez alrededor de un millón) en la santa orden; todos ellos han sido iniciados en ésta por conducto de otro Swami.

Así pues, todos los Swamis-monjes son hijos espirituales de un mismo Acharya (“preceptor espiritual” o “instructor religioso”): Adi (“el primer”) Shankaracharya. Los dasanamis sannyasis (Swamis) de Shankara dentro del shivaísmo pertenecían a la escuela advaita (monista) del vedanta.

Estos Swamis toman votos de pobreza (desapego hacia las posesiones), castidad, y obediencia al superior o a la autoridad espiritual. En muchos aspectos, las órdenes monásticas católico-cristianas se asemejan a la más arcaica Orden del los Swamis.

Estos Swamis-monjes pierden sus nombres de pila y lo cambian por un nombre espiritual hindú (casi siempre relacionado con alguna deidad hindú o algún atributo espiritual), al serles otorgado por su maestro espiritual este nuevo nombre en una iniciación (diksha) al profesar los votos monásticos definitivos.

El nuevo nombre que recibe un Swami-monje tiene un doble significado, por un lado representa la obtención de la bendición suprema (ananda) por medio de una cualidad o estado divino (amor, sabiduría, devoción, servicio, yoga...), y por el otro representa su armonía con la naturaleza en su infinita extensión de océanos, montañas y cielos.

Además de su nuevo nombre, generalmente terminado en ananda, el Swami toma un título que indica su conexión formal con una de estas diez divisiones (dasanamis) de la Orden de los Swamis.

Entre las distintas ramas están las de:

Aranya (Bosque)
• Ashram (Lugar de Meditación y Estudio - Etapa)
• Bharat (Tierra)
• Giri (Montaña)
• Parvati (Arroyo – Hija de Monte)
• Puri (Terreno)
• Sagar (Mar)
• Saraswati (Sabiduría de la Naturaleza)
• Tirth (Lugar de Peregrinación)
• Vanam (Jungla)

Estos dasanamis o subdenominaciones incluyen el de Giri (montaña), al cual perteneció Gñana Avatar Sri Yukteswar, y al que por lo tanto igualmente pertenece H.H. Swami Rameshwarananda Giri Maharaj.

El periodo de formación monástica de un Swami desde su ingreso en un Math (Comunidad Monástica) variará dependiendo del grado de desarrollo espiritual del aspirante. Pero, como orientación, la formación para obtener dicho título de Swami podría tener una duración de entre 5 a 15 años. Generalmente, el aspirante pasa por un primer periodo indefinido de retiro a modo de prueba, luego un segundo periodo como preprovisional (aceptado) en el que el aspirante rara vez sale del recinto si no es acompañado y en el que no frecuenta a sus amigos y familiares, un tercer periodo como provisional (postulante) en el que recibe distintas formaciones sobre la vida monacal integrándose plenamente en la comunidad, un cuarto periodo como Brahmacharya (novicio) en el que es formado filosófica, religiosa y espiritualmente hasta realizar su profesión monástica solemne dentro de la orden, recibiendo el título honorario de Swami.

El ideal de servicio desinteresado a toda la humanidad y de renuncia a lazos y ambiciones personales, conduce a la mayoría de los Swamis a tomar participación muy activa en obras humanitarias y educativas en la India, y en algunas muy raras ocasiones, en tierras extrañas. Haciendo caso omiso de los prejuicios de casta, credo, clase, color, sexo o raza, un Swami sigue los preceptos de la hermandad humana. Su meta es la unidad absoluta con el Espíritu. Los Swamis se dedican por entero a una vida de santidad, a la realización de su verdadera naturaleza y a la transmisión del Yoga Vedanta. Ya estén dormidos o despiertos, en su conciencia está hondamente impreso el pensamiento de “yo soy Él”; y es así como transitan apaciblemente por el mundo, sin pertenecer a él. Sólo en esta forma puede un Swami justificar su título.

En el contexto de las corrientes religiosas de India, el vocablo sánscrito “swami” significa literalmente “aquel que, siendo totalmente dueño de sí mismo, busca alcanzar la unión con el Swa o Ser”, pero también significa “señor”, “dueño” o “amo de sí mismo”. En español se pronuncia suami.

Se utiliza como signo de respeto cuando una persona se dirige a un gurú (maestro espiritual) y se aplica a los maestros espirituales de diferentes tradiciones y filosofías, escuelas u órdenes de diferentes religiones, en especial dentro del hinduísmo. Por lo general, es un título honorario que se otorga a maestros de diferentes doctrinas (Darshanas) que cultivan, por ejemplo, el vedanta, el yoga, etc., o bien a maestros espirituales que no son religiosos. Existen por este motivo diferentes tipos de Swamis o, mejor dicho, diferentes tipos de personas que tienen el título de Swami y, por supuesto, que pertenecen a las más variadas escuelas de filosofía y religiones.

El hinduísmo está compuesto por varias religiones que son tan diversas como contrarias en sus doctrinas. Dentro del hinduísmo hay religiones politeístas, monoteístas, panteístas, ateas (en sentido limitado, es decir, que algunas pueden reconocer la existencia de realidades sobrenaturales), etc. Así como un conjunto de filosofías que abre un abanico interminable de posibilidades. Este conjunto de religiones y doctrinas que conviven entre sí en una misma civilización tienen de común denominador la tolerancia hacia toda forma de creencia o sabiduría ancestral que no sea la suya propia. Algo que ha resultado difícil de asumir para la civilización europea.

Existe una confusión por parte de ciertas personas que, por desconocimiento y falta de información sobre las diversas tradiciones de India, creen que un Swami es obligatoriamente un monje, o bien un maestro de yoga, o un gurú, o hasta un sacerdote, lo cual es un error frecuente. Un Swami-monje no es bajo ningún punto de vista un sacerdote hinduísta o ministro de un culto hindú, función esta desempeñada en la tradición hindú por el Brahmana o sacerdote hinduista; tampoco tiene por qué no serlo. Este error nace a partir de que, en la India, el budismo, cuando era la religión oficial, había florecido con la creación de órdenes monásticas de bikhus (monjes) que se caracterizaban por ir vestidos de naranja u ocre. En primer lugar un monje no es necesariamente un sacerdote, ni tampoco tiene por qué ser religioso. Un sacerdote, por el contrario, está definido por su supuesta comunicación con el mundo de lo divino y puede tener pareja o no según su religión. Si bien el budismo es una filosofía de vida más que una religión —pues no cree en la existencia de Dios ni en un Dios creador del Universo que a su vez fuera su regente— aunque por lo general se lo concibe como una religión.

Un Swami o un Gurú no tiene por qué ser religioso, ni tiene por qué tener una religión o pertenecer a algún grupo en particular. Puede inclusive ser ateo o panteísta.

Habitualmente la vestimenta característica de los Swamis es de color ocre-azafrán (Guerrua).

No hay comentarios: