"Si hay una constante en todas las fuentes de yoga, esa es su insistencia en el carácter “secreto” de su enseñanza. El secretismo es la forma de salvaguardar la transmisión íntegra y protegerla de contaminaciones externas. Aunque actualmente el acceso a todo tipo de información es libre, rápido y cómodo, el carácter secreto del yoga sigue estando vigente. Cabe distinguir entre “información”, a la cual se puede acceder de manera casi ilimitada, y “conocimiento”, cuyo acceso está tan restringido hoy como siempre lo ha estado. En la tradición india, el conocimiento es un bien que se merece y conquista, no un derecho que tienen todos los hombres por igual, a modo de como se entiende en el mundo moderno. Tradicionalmente, el acceso a los textos clásicos estaba restringido a iniciados en yoga, principalmente porque su comprensión dependía directamente de su práctica. De esta forma, se evitaban malas lecturas manteniendo la escritura en secreto. Actualmente, casi todo el mundo puede tener acceso a la lectura de estas obras o a alguna de sus traducciones. Sin embargo, de todos los que tendrían acceso a la lectura, verdaderamente muy pocos se interesarán por las obras, y de esos, otros pocos las leerán. De esos escasos lectores, alguno será practicante de yoga. Y de esos practicantes, quizá alguno llegue a comprender su contenido. De esta manera, se puede entender que la restricción de este tipo de textos sigue siendo la misma que cuando fueron redactados por primera vez. La única diferencia es que tradicionalmente se evitaban las lecturas inapropiadas a través del secretismo, y en el mundo moderno, el libre acceso a la información propicia que algunos confundan “información” con “conocimiento”. Más allá de esas distinciones, el conocimiento verdadero sigue estando protegido como siempre lo estuvo." - José A. Offroy Arranz

martes, 13 de enero de 2015

EL MONJE Y EL ESCORPIÓN


Un monje y sus discípulos caminaban por un camino cuando se enfrentaron a un puente, sobre el río vieron como un pequeño escorpión era arrastrado por el agua. El monje al ver esta escena corrió hacia el agua, entró en el río y tomó al escorpión con su mano para salvarlo.

Cuando lo traía, el animal lo picó y debido al fuerte dolor, el monje lo dejó caer sobre el agua. Pero rápidamente regresó a la orilla y con una rama de árbol lo tomó y lo llevó a la orilla.
Con gran dolor en su mano, el monje regresó junto a sus discípulos que observaban la escena perplejos.

Uno de ellos le dijo: "Maestro ¿por qué salvó al escorpión? Yo lo habría dejado ahogarse, mas aún después de lo que le hizo. Pero usted le respondió con su ayuda, ese animal no merecía compasión."

El monje le respondió:
"El escorpión actuó de acuerdo a su naturaleza, y yo de acuerdo a la mía."

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