"Si hay una constante en todas las fuentes de yoga, esa es su insistencia en el carácter “secreto” de su enseñanza. El secretismo es la forma de salvaguardar la transmisión íntegra y protegerla de contaminaciones externas. Aunque actualmente el acceso a todo tipo de información es libre, rápido y cómodo, el carácter secreto del yoga sigue estando vigente. Cabe distinguir entre “información”, a la cual se puede acceder de manera casi ilimitada, y “conocimiento”, cuyo acceso está tan restringido hoy como siempre lo ha estado. En la tradición india, el conocimiento es un bien que se merece y conquista, no un derecho que tienen todos los hombres por igual, a modo de como se entiende en el mundo moderno. Tradicionalmente, el acceso a los textos clásicos estaba restringido a iniciados en yoga, principalmente porque su comprensión dependía directamente de su práctica. De esta forma, se evitaban malas lecturas manteniendo la escritura en secreto. Actualmente, casi todo el mundo puede tener acceso a la lectura de estas obras o a alguna de sus traducciones. Sin embargo, de todos los que tendrían acceso a la lectura, verdaderamente muy pocos se interesarán por las obras, y de esos, otros pocos las leerán. De esos escasos lectores, alguno será practicante de yoga. Y de esos practicantes, quizá alguno llegue a comprender su contenido. De esta manera, se puede entender que la restricción de este tipo de textos sigue siendo la misma que cuando fueron redactados por primera vez. La única diferencia es que tradicionalmente se evitaban las lecturas inapropiadas a través del secretismo, y en el mundo moderno, el libre acceso a la información propicia que algunos confundan “información” con “conocimiento”. Más allá de esas distinciones, el conocimiento verdadero sigue estando protegido como siempre lo estuvo." - José A. Offroy Arranz

lunes, 25 de marzo de 2013

KAIVALYA UPANISHAD

Doctrina Secreta sobre la Soledad Trascendental

 artista: S. Rajam
Texto

Om. Entonces Âshvalâyana, acercándose al Supremo Señor (Paramesthî), le dijo: 

1. “Enséñame, Señor, la ciencia de Brahman (brahmavidya) —la más excelente, siempre venerada por los sabios, secreta, mediante la cual el sabio, desembarazándose rápidamente de todo mal, alcanza el Ser Supremo (purusha) que está mas allá de lo más lejano”

2. El gran señor, Brahmâ, le dijo: “apréndela mediante la fe, la devoción y la meditación”. Algunos han alcanzado la inmortalidad no mediante el acto ritual (ceremonias y sacrificios), la progenie o la riqueza, sino mediante la renuncia, el abandono de todo.

3. Más allá del cielo, ubicado en lo recóndito del ser, brilla Aquello en que los ascetas penetran.

4. Todos aquellos ascetas que mediante el conocimiento del Vedânta han captado el sentido de la realidad y cuyas mentes han sido purificadas por el renunciamiento (sannyasa) se liberan, tornándose inmortales en los mundos de Brahman (brahmaloka) en el momento de la muerte.

5. El sabio, en un lugar solitario, sentado en una postura cómoda, limpio, con su cuello, cabeza y cuerpo en una misma recta, establecido en el último âshrama, controlando todos sus sentidos, saludando a su maestro con veneración, medita en aquel loto sin manchas y puro que es su corazón.

6. Meditando en aquel que morando en el centro de su corazón (Brahman) es inmaculado, libre de dolor, impensable, inmanifestado, de forma infinita, feliz, calmo, inmortal, origen de Brahmâ; en aquel que está desprovisto de principio, medio y fin, uno, que todo lo compenetra, conciencia y felicidad, sin forma, maravilloso

7. Meditando en aquel que es compañero de Umâ (esposa de Shiva), Supremo Señor, poderoso, con tres ojos, de cuello oscuro, sereno, el sabio alcanza el origen de los seres, el testigo de todo, mas allá de la tiniebla (avidyâ).

8. El es Brahmâ, Shiva e Indra. El es imperecedero, supremo, autónomo. El en verdad es Vishnu, el aliento vital (prâna), el tiempo, el fuego y la luna. Shiva en forma de Îshvara es superior a la trimurti y a todos los dioses, pero al mismo tiempo él también es todos los dioses.

9. El en verdad es todo lo que ha sido, lo que será, lo eterno. Conociéndolo se trasciende la muerte. No existe otro camino para la Liberación.

10. Viendose a si mismo (âtman) establecido en todos los seres y a todos los seres en si mismo (âtman), se alcanza el supremo Brahman —no por otro medio.

11. Haciendo de sí mismo el arani (inferior) y de la sílaba “om” el arani (superior), mediante la repetición de aquella fricción que es el conocimiento, el sabio quema sus ataduras.

12. El âtman confundido por la ignorancia (mâyâ) ejecuta todos sus actos identificándose con el cuerpo. En el estado de vigilia, encuentra satisfacción mediante los variados placeres de mujeres, comidas, bebidas, etc.

13. En el sueño con ensueños el âtman encarnado experimenta el placer y el dolor en un mundo de existencia (el mundo onírico) creado por su ignorancia (mâyâ). En el sueño profundo, cuando todo se ha disuelto, es dominado por tamas y alcanza su (especial) forma de felicidad (sukham).

14. El jîva (alma encarnada), a causa de sus acciones en una vida anterior, nuevamente regresa a un estado de sueño ligero con ensueños o despierta. Del jîva encarnado, que disfruta en las tres ciudades (estados de vigilia, sueño ligero y sueño profundo), nace el todo multiforme. (Considéralo como) el fundamento, la felicidad, la conciencia integral, en que se disuelven incluso aquellas tres ciudades.

15. De El nace el aliento vital (prâna), la mente, todos los sentidos, el espacio, el viento, la luz, las aguas y la tierra sostenedora de todo.

16. Aquello que es el supremo Brahman, el âtman de todo, la gran morada de todo, más sutil que lo sutil, eterno —aquello en verdad es tú, tú en verdad eres aquello.

17. Aquél que realiza: “yo soy el iluminador Brahman que dota de realidad los estados de vigilia, sueño con ensueños y sueño profundo”, se libera de todas sus cadenas.

18. “Yo soy distinto de aquello que en las tres sedes es el objeto de la experiencia (bhogya), el sujeto de la experiencia (bhokta) y la propia experiencia (bhoga). Yo soy el observador, conciencia pura, eternamente feliz”.

19. “Todo nació de mí, todo está establecido en mí, todo se disuelve en mí. Yo soy aquel Brahman sin segundo”.

20. “Yo en verdad soy menor que lo mas pequeño, e igualmente lo mas grande. Yo soy el todo multiforme, el antiguo, el Si Mismo Esencial (purusha). Yo soy el Señor, efulgente, feliz por naturaleza”.

21. “No tengo manos ni pies. Poseo un poder (shakti) inconcebible. Veo sin ojos, oigo sin oidos. Lo conozco todo. Soy de naturaleza distinta (a todas las formas). Nadie puede conocerme. Soy eternamente la conciencia”.

22. Debo ser conocido mediante los distintos Vedas. Yo soy el hacedor del Vedânta (el autor de las Upanishads), el conocedor del Veda. “Para mí no existe ni lo bueno (punya) ni lo malo. No existe destrucción para mí. Yo no tengo nacimiento ni me identifico con el cuerpo, los sentidos o el intelecto”.

23. “Para mí no existen ni tierra ni agua ni fuego; para mí no existen ni viento ni espacio. Sabiendo que es así la naturaleza del supremo âtman, que tiene su morada en lo recóndito del ser, carece de partes, es único, el observador de todo, desprovisto de existencia y de no existencia, se alcanza la naturaleza pura del supremo âtman”.

24. Aquel que estudia el Shatarudrîya (capítulo 16 del Yajur Veda Blanco), se convierte en uno purificado por el fuego, por el viento y por el âtman; se purifica de los pecados de haber tomado alcohol, de haber matado a un brahman, de no haber hecho lo que debió hacer y de haber hecho lo que no debió hacer. Bajo esa forma se refugia en Avimukta (Shiva). Aquel que se halla en el último âshrama de su vida debe recitar
siempre (este texto), al menos una vez (cada dia).

25. Mediante esto se alcanza el conocimiento que destruye el océano de las reencarnaciones (samsara). Y en esa forma, sabiendo que el âtman es así, se obtiene como fruto el aislamiento trascendental (kaivalya); ciertamente, se obtiene el aislamiento trascendental.

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