"Si hay una constante en todas las fuentes de yoga, esa es su insistencia en el carácter “secreto” de su enseñanza. El secretismo es la forma de salvaguardar la transmisión íntegra y protegerla de contaminaciones externas. Aunque actualmente el acceso a todo tipo de información es libre, rápido y cómodo, el carácter secreto del yoga sigue estando vigente. Cabe distinguir entre “información”, a la cual se puede acceder de manera casi ilimitada, y “conocimiento”, cuyo acceso está tan restringido hoy como siempre lo ha estado. En la tradición india, el conocimiento es un bien que se merece y conquista, no un derecho que tienen todos los hombres por igual, a modo de como se entiende en el mundo moderno. Tradicionalmente, el acceso a los textos clásicos estaba restringido a iniciados en yoga, principalmente porque su comprensión dependía directamente de su práctica. De esta forma, se evitaban malas lecturas manteniendo la escritura en secreto. Actualmente, casi todo el mundo puede tener acceso a la lectura de estas obras o a alguna de sus traducciones. Sin embargo, de todos los que tendrían acceso a la lectura, verdaderamente muy pocos se interesarán por las obras, y de esos, otros pocos las leerán. De esos escasos lectores, alguno será practicante de yoga. Y de esos practicantes, quizá alguno llegue a comprender su contenido. De esta manera, se puede entender que la restricción de este tipo de textos sigue siendo la misma que cuando fueron redactados por primera vez. La única diferencia es que tradicionalmente se evitaban las lecturas inapropiadas a través del secretismo, y en el mundo moderno, el libre acceso a la información propicia que algunos confundan “información” con “conocimiento”. Más allá de esas distinciones, el conocimiento verdadero sigue estando protegido como siempre lo estuvo." - José A. Offroy Arranz

domingo, 3 de noviembre de 2013

EL EVANGELIO BUDISTA DE CRISTO - part 2



CAPÍTULO VIII

1 Los países vecinos resonaron con las profecías de Issa, y cuando él entró a Persia los sacerdotes se alarmaron y prohibieron a los habitantes que lo escucharan.

2 Y cuando vieron a todos los pueblos dándole la bienvenida con alegría y escuchando devotamente a sus sermones, dieron órdenes de arrestarlo y lo llevaron ante el alto sacerdote dónde él pasó por la siguiente interrogación:

3 "¿De qué nuevo Dios hablas? No estás consciente, hombre infeliz, que el Santo Zoroastro es el único justo admitido con el privilegio de comunión con el Ser Supremo".

4 "¿Quién ordena a los ángeles poner por escrito la palabra de Dios para el uso de las personas, leyes que se le dieron a Zoroastro en el paraíso?"

5 "¿Con qué artes entonces te atreves aquí a blasfemar contra nuestro Dios y a sembrar la duda en los corazones de los creyentes?".

6 E Issa les dijo: "No es de un nuevo Dios que yo hablo, sino de nuestro Padre Celestial, quién ha existido todo el tiempo y quién todavía estará después del fin de todas las cosas".

7 "Es de él quien yo he hablado a las personas que, como niños inocentes, no son todavía capaces de comprender a Dios por la simple fuerza de su inteligencia, o de penetrar en su divina y espiritual sublimidad".

8 "Y así como un bebé descubre en la oscuridad el pecho de su madre, incluso las personas que han sido llevadas al error por su doctrina errónea y sus ceremonias religiosas, han reconocido por instinto a su Padre, el Padre de quien yo soy el profeta".

9 El Ser Eterno ha dicho a su gente a través de mi boca: "Ustedes no rendirán culto al sol, pues él es una parte del mundo que yo he creado para el hombre".

10 "El sol sube para calentarlos durante su trabajo; y se pone para permitirles el reposo que yo he fijado".

11 "Es a mí, y a mí solo, a quien ustedes deben todo lo que poseen, todo esto será encontrado en ustedes, sobre ustedes, y debajo de ustedes".

12 "Pero", preguntaron los sacerdotes, "¿Cómo una persona puede vivir según las reglas de la justicia si no tuviera a ningún preceptor?".

13 Entonces Issa les contestó, "Aún cuando las personas no tengan a ningún sacerdote, la ley natural los gobierna, y ellos conservaran el candor de sus almas".

14 "Sus almas estaban con Dios, y para comulgar con el Padre sin el recurso de ningún ídolo o animal, ni del fuego, como es practicado aquí".

15 "Ustedes tratan que uno rinda culto al sol, el espíritu del bien y de mal. Bien, yo les digo a ustedes, su doctrina es falsa, el sol no actúa espontáneamente sino según la voluntad del Creador invisible que lo dio a luz".

16 "Y quién le ha mandado ser la estrella que debe encender el día, calentar la labor y el tiempo de sembrar del hombre".

17 "El Espíritu Eterno es el alma de todo lo animado. Ustedes cometen un gran pecado dividiéndolo en un espíritu de mal y un espíritu de bien, pues no hay ningún Dios fuera del bueno,

18 "Quién, como hace un padre de familia, hace cosas buenas para sus hijos, perdonando todas sus faltas si ellos se arrepienten".

19 "El espíritu del mal mora en la tierra en los corazones de esos hombres que hacen a un lado a los hijos de Dios en el camino estrecho".

20 "Por lo tanto yo les digo. Tengan cuidado con el día del juicio, pues Dios infligirá un castigo terrible a todos aquellos que hallan llevado a sus hijos fuera del camino correcto y los han llenado de supersticiones y prejuicios".

21 "Aquellos que han deslumbrado a los que ven, que han contagiado al saludable, y enseñaron el culto hacia las cosas que Dios ha subordinado al hombre para su bien y para ayudarlo en su trabajo".

22 "Su doctrina es, por consiguiente; el fruto de sus errores; pues deseando traer cerca de ustedes al Dios de verdad, han creado para ustedes mismos los dioses falsos".

23 Después de haberlo escuchado, los magos determinaron no hacerle ningún daño. Pero por la noche, cuando todo el pueblo estaba durmiendo, ellos lo sacaron fuera de las paredes y lo abandonaron en el camino alto, con la esperanza que él sería pronto una presa de las bestias salvajes.

24 Pero, protegido por el Señor nuestro Dios, San Issa continuó su camino sin ser molestado.

CAPÍTULO IX

1 Issa a quien el Creador había elegido para recordar a la humanidad depravada del verdadero Dios, había alcanzado sus veintinueve años cuando regresó a la tierra de Israel.

2 Desde su salida los paganos habían infligido todavía más atroces sufrimientos en los Israelitas que eran presa del desaliento más profundo.

3 Muchos entre ellos ya habían empezado a abandonar las leyes de su Dios y las de Moisés con la esperanza de aplacar a sus salvajes conquistadores.

4 Ante la cara de este mal, Issa exhortó a sus compatriotas a no desesperar porque el día de la redención de sus pecados estaba a la mano, y él los confirmó en la creencia que tenían en el Dios de sus padres.

5 "Hijos, no desesperen", dijo el Padre Celestial por la boca de Issa, "Porque yo he oído su voz, y sus lamentos me han alcanzado".

6 "No lloren, ¡O mis amados! Pues su pesar ha tocado el corazón de su Padre, y él los ha perdonado, así como él perdonó a sus antepasados".

7 "No abandonen a sus familias para zambullirse en el libertinaje, no pierden la nobleza de sus sentimientos, y no rindan culto a ídolos que permanecerán sordo a sus voces".

8 "Llenen mi templo con sus esperanzas y con su paciencia y no abjuren de la religión de sus padres; porque yo solo los he guiado y les he llenado con beneficios".

9 "Ustedes levantarán a aquellos que se han caído, darán la comida al hambriento, y ayudarán al enfermo, para que sean todos puros y justos en el día del último juicio que yo preparo para ustedes".

10 Los Israelitas llegaban en muchedumbre a escuchar las palabras de Issa, mientras le preguntaban donde debieran alabar al Padre Celestial, viendo que el enemigo había arrasado sus templos a la tierra y había puesto en el suelo a sus sagrados vasos.

11 E Issa les contestó que Dios no tenía a su vista templos erigidos por la mano del hombre, pero él quiso decir que el corazón humano era el verdadero templo de Dios.

12 "Entren en su templo, en su corazón. Ilumínenlo con los buenos pensamientos, la paciencia y la confianza inmóvil que ustedes deben tener en su Padre".

13 "Y sus sagrados vasos, serán sus manos y sus ojos. Vean y hagan aquello que es agradable a Dios. Porque haciendo el bien a su vecino, ustedes lograrán el rito que embellece el templo en donde mora quién les dio la vida".

14 "Pues Dios los ha creado a su propia inocente semejanza, con almas y corazones puros llenos de bondad, no destinados a la concepción de malos esquemas, sino hecho para ser santuarios de amor y justicia".

15 "Por lo tanto les digo, no manchen sus corazones, pues el Ser Supremo mora ahí eternamente".

16 "Si ustedes desean lograr que sus trabajos estén marcados con amor o piedad, háganlos con un corazón abierto y no permitan que sus acciones sean gobernadas por cálculos o la esperanza de ganancias".

17 "Pues tales acciones no ayudarían a su salvación, y caerían en ese estado de degradación moral dónde el robo, la mentira, y el asesinato pasan por hechos generosos".

CAPÍTULO X

1 San Issa fue de un pueblo a otro, mientras fortalecía con la palabra de Dios el valor de los Israelitas, que estaban listos sucumbir al peso de su desesperación; y miles de hombres lo siguieron a oírle predicar.

2 Pero los jefes de los pueblos se asustaron de él, e hicieron saber al gobernador principal que rige en Jerusalén, que un hombre nombrado Issa había llegado al país; que estaba agitando con sus discursos a las personas en contra de las autoridades; que la muchedumbre lo escuchaba a él con asiduidad, despreciando los trabajos del estado, y afirmando que antes de mucho se librarían de sus gobernadores intrusos.

3 Entonces Pilatos, gobernador de Jerusalén, ordenó que ellos debieran arrestar al predicador Issa, que debieran traerlo al pueblo y llevarlo ante los jueces. Pero para no excitar el enojo del populacho, Pilatos encargó a los sacerdotes y los sabios superiores hebreos, a juzgarlo en el templo.

4 Entretanto Issa, continuando con sus sermones, llegó a Jerusalén; y, habiendo sabido de su llegada, todos los habitantes, conociendo ya su reputación, salieron para encontrarlo.

5 Lo saludaron respetuosamente y le abrieron las puertas de su templo para oír de su boca lo que él había dicho en las otras ciudades de Israel.

6 E Issa les dijo: "La raza humana perece debido a su falta de fe, pues la oscuridad y la tempestad han esparcido los rebaños de la humanidad y ellos han perdido a sus pastores".

7 "Pero la tempestad no durará para siempre, y la oscuridad no siempre ocultará a la luz. El cielo se pondrá sereno una vez más, la luz celestial se extenderá ella misma por encima de la tierra, y los rebaños perdidos se reunirán alrededor de su pastor".

8 "No se esfuerzan por encontrar caminos rectos en la oscuridad para no caer en un hoyo; pero pongan juntas sus fuerzas restantes, apóyense entre si, pongan su confianza en Dios, y esperen hasta que la luz aparezca".

9 "Aquél quién sostiene a su vecino, se sostiene él mismo; y quienquiera que protege a su familia, protege a las personas y al estado".

10 "Para estar seguro de que el día esta a la mano cuando ustedes sean entregados desde la oscuridad; se reunirán como una sola familia; y su enemigo que ignora lo que es el favor de Dios, temblará con miedo".

11 Los sacerdotes y los ancianos superiores que estaban escuchándolo, llenos de admiración por su discurso, le preguntaron que si era verdad que él había intentado agitar a las personas contra las autoridades del país, como se había informado al gobernador Pilatos.

12 "¿Puede uno excitar a los hombres descarriados a la insurrección de quien la oscuridad ha escondido su puerta y su camino? " Issa contestó. "Yo he advertido sólo al infortunado, como lo hago aquí en este templo, que ellos no pueden adelantar más allá a lo largo de su senda oscurecida, porque un abismo está abierto bajo sus pies".

13 "El poder terrenal no es de larga duración, y está sujeto a muchos cambios. ¿De qué sirve al hombre el sublevarse contra él, viendo que un poder siempre tiene éxito sobre otro poder? Y así vendrá a pasar hasta la extinción de humanidad".

14 "¿Contra cuál, ustedes no ven que el poderoso y el rico siembran entre los hijos de Israel un espíritu de rebelión contra el poder eterno de cielo?"

15 Los ancianos preguntaron entonces: "¿Quién eres tú, y de qué lugar rural vienes? Nosotros no hemos oído hablar de ti antes, y ni siquiera sabemos tu nombre".

16 "Yo soy un Israelita", Issa contestó. "Desde el día de mi nacimiento yo vi las paredes de Jerusalén, y oí el llanto de mis hermanos reducidos a la esclavitud, y los lamentos de mis hermanas que fueron llevadas lejos por los paganos.

17 "Y mi alma, estuvo llena de tristeza cuando vi que mis hermanos se habían olvidado del verdadero Dios. Como un niño, yo dejé la casa de mi padre y fui a morar entre otras gentes".

18 "Pero habiendo oído que mis hermanos todavía estaban sufriendo mayores torturas, he regresado al país dónde mis padres moran para recordar a mis hermanos de la fe de sus antepasados que nos enseña paciencia en la tierra para obtener la perfecta y felicidad sublime en el cielo".

19 Y los sabios ancianos lo hicieron esta pregunta: "Se dice que tu niegas las leyes de Moisés y que tu le enseñas a la gente a desamparar el templo de Dios".

20 E Issa contestó: "Uno no puede demoler aquello que ha sido dado por nuestro Celestial Padre, ni aquello qué ha sido destruido por los pecadores; pero yo he ordenado la purificación del corazón de toda mancha, pues él es el verdadero templo de Dios".

21 "Acerca de las leyes de Moisés, yo he procurado establecerlas en los corazones de los hombres. Yo les digo que ustedes no entienden su significado real, pues no es venganza sino misericordia lo que ellas enseñan; sólo el sentido de estas leyes es el que se ha pervertido".

CAPÍTULO XI

1 Habiendo escuchado a Issa, los sacerdotes y los sabios ancianos decidieron entre ellos no juzgarlo, porque él no dañaba a nadie. Y presentándose ante Pilatos, el gobernador designado de Jerusalén por el rey pagano del país de los romanos, ellos se dirigieron a él así:

2 "Nosotros hemos visto al hombre a quien tu acusas de incitar a nuestra gente a la rebelión; Hemos oído sus discursos, y nosotros lo conocemos como nuestro compatriota".

3 "Pero los jefes de las ciudades te han dado falsos informes, pues este es un hombre justo que enseña a la gente la palabra de Dios. Después de haberlo interrogado, nosotros lo despedimos, para que él pudiera ir en paz".

4 El gobernador se enfureció entonces y envió cerca de Issa a sus sirvientes, fingiendo para que ellos pudieran mirar todas sus acciones e informar a las autoridades la menor palabra que él dirigiera a las personas.

5 Entretanto, San Issa continuó visitando los pueblos vecinos, predicando los verdaderos caminos del Creador, exhortando a los hebreos a la paciencia, y prometiéndoles una liberación rápida.

6 Y durante todo este tiempo, muchas personas lo siguieron dondequiera que él fue, algunos nunca lo dejaron y se volvieron sus servidores.

7 E Issa dijo: "No crean en los milagros forjados por la mano del hombre, porque Él quién domina por encima de la naturaleza, es exclusivamente capaz de hacer algo sobrenatural, pues el hombre es impotente al estar ante el enojo de los vientos o la caída de la lluvia".

8 "Aún así, hay un milagro que es posible para el hombre lograr. Es cuando, lleno de una sincera credibilidad, él decide echar fuera de su corazón todos los malos pensamientos, y cuándo logre este fin, él se retirará de los caminos de iniquidad".

9 "Y todas las cosas que se hacen sin Dios son nada mas que errores, seducciones, y encantamientos que sólo demuestran hasta que grado el alma de aquel quién practica este arte está llena de inmodestia, falsedad e impureza".

10 "No pongan su fe en los oráculos; solo Dios sabe el futuro: aquel quién se atiene al recurso de los adivinos, profana el templo que está en su corazón y da una prueba de desconfianza hacia su Creador".

11 "La fe en adivinadores y en sus oráculos destruye la simplicidad innata del hombre y su pureza infantil. Un poder infernal toma posesión de él, obligándole a cometer todas las clases de crímenes y rendir culto a los ídolos".

12 "Considerando que Dios nuestro Señor quien no tiene igual, es uno, todo-poderoso, omnisciente y omnipresente. Es él quién posee toda la sabiduría y toda la luz".

13 "Es a él a quien ustedes deben dirigirse para ser consolados en sus dolores, ayudados en sus trabajos, y curados de su enfermedad. Quienquiera que recurra a él no será negado".

14 "El secreto de la naturaleza está en las manos de Dios. Pues el mundo, antes de que apareciera, existió en la profundidad del pensamiento divino; se volvió material y visible por la voluntad de lo más Alto".

15 "Cuando ustedes se dirijan a él, vuélvase de nuevo como los niños; pues ustedes no conocen ni el pasado, ni el presente, ni el futuro, y Dios es el Amo de todo el tiempo".

CAPÍTULO XII

1 "Hombre virtuoso", le dijeron a él los espías del gobernador de Jerusalén, "Dinos si nosotros debemos realizar la voluntad de nuestro César o esperar nuestra liberación rápida".

2 E Issa, habiéndolos reconocido como las personas designadas para seguirlo, contestó: "Yo no les he dicho que ustedes se entreguen a César. Es el alma zambullida en el error la que tendrá su liberación".

3 "Así como no puede haber familia sin una cabeza, no puede haber ningún orden entre las personas sin un César; a él implícita obediencia debe darse, él será el exclusivo responsable de sus actos antes del tribunal supremo".

4 "¿César posee un derecho divino? " Le preguntaron los espías. "¿Y él es el mejor de mortales?".

5 "No debe haber ninguno mejor entre los hombres, pero hay también víctimas, a quienes aquellos elegidos y encargados con esta misión deben cuidar, haciendo uso de los medios conferido a ellos por la sagrada ley de nuestro Padre Celestial".

6 "Misericordia y justicia son los atributos más altos de un César; su nombre será ilustre si él se adhiere a ellos".

7 "Pero aquel quién actúa de otro modo, quién excede el límite del poder que él tiene sobre sus subordinados, yendo tan lejos que ponga sus vidas en peligro, ofende al gran Juez y pierde su dignidad a la vista de hombre".

8 En esta coyuntura, una mujer vieja que se había acercado al grupo, para oír mejor a Issa, fue empujada al lado por uno de los espías que se puso delante de ella.

9 Entonces Issa disertó: "No es reunión el que un hijo deba poner al lado a su madre, tomando su lugar. Quienquiera que no respete a su madre, el más sagrado ser después de su Dios, es indigno del nombre de hijo".

10 "Escuchen, entonces, lo que yo les digo: Respeten a la mujer, porque ella es la madre del universo, y toda la verdad de la creación divina reside en ella".

11 "Ella es la base de todo lo que es bueno y hermoso, como ella es también el germen de la vida y de la muerte. De ella depende la existencia entera del hombre, porque ella es su apoyo natural y moral".

12 "Ella les dio su nacimiento en medio del sufrimiento. Con el sudor de su frente ella los cría, y hasta su muerte ustedes le causan las más graves ansiedades. Bendígala y ríndale culto, porque ella es su amiga, su apoyo en la tierra".

13 "Respétenla, levántenla. Actuando así ganarán su amor y su corazón. Ustedes encontrarán favor a la vista de Dios y muchos pecados se les perdonaran".

14 "De la misma manera, amen a sus esposas y respétenlas; porque ellas serán madres mañana, y de cada uno de los ancestros de una raza".

15 "Sean indulgentes hacia la mujer. Su amor ennoblece al hombre, ablanda su corazón endurecido, doma al bruto en él, y hace de él un cordero".

16 "La esposa y la madre son los tesoros inapreciables dados a ustedes por Dios. Ellas son los ornamentos más hermosos de la existencia, y de ellas todos los habitantes del mundo nacerán".

17 "Así como el Dios de los ejércitos separa del todo a la luz de la oscuridad, y a la tierra de las aguas, la mujer posee la facultad divina de separar de un hombre las intenciones buenas de los pensamientos malos".

18 "Por lo tanto yo les digo, después de Dios sus pensamientos más buenos deben pertenecer a las mujeres y a las esposas, siendo la mujer para ustedes el templo donde obtendrán fácilmente la mas perfecta felicidad".

19 "Imbúyanse en este templo con la fuerza moral. Aquí ustedes se olvidarán de sus dolores y sus fracasos, y recuperaran la energía perdida necesaria para permitirles ayudar a su vecino".

20 "No la expongan a la humillación. Actuando ustedes así se humillaría y se perdería el sentimiento de amor sin el que nada existe aquí abajo".

21 "Protejan a su esposa, para que ella pueda protegerlos a ustedes y a toda su familia. Todo lo que ustedes hagan por su esposa, su madre, por una viuda u otra mujer en dolor, ustedes lo habrán hecho a su Dios".

CAPÍTULO XIII

1 Así San Issa enseñó a las personas de Israel durante tres años, en cada pueblo, en cada villa, por los bordes del camino y en las llanuras; y todo lo que él había predicho sucedió.

2 Durante todo este tiempo los sirvientes enmascarados de Pilatos lo vigilaron estrechamente sin oír algo dicho como los informes hechos contra Issa en los años anteriores por los jefes de los pueblos.

3 Pero el gobernador Pilatos, alarmándose de la gran popularidad de San Issa, quien según sus adversarios buscaba avivar a las personas para proclamarlo rey, ordenó acusarlo a uno de sus espías.

4 Entonces se ordenó a los soldados que procedieran a su arresto, y ellos lo encarcelaron en una celda subterránea dónde lo torturaron de varias maneras con la esperanza de obligarle a que hiciera una confesión que pudiera permitirles su muerte.

5 El santo, pensando sólo en la beatitud perfecta de sus hermanos, soportó todos sus sufrimientos en el nombre de su Creador.

6 Los servidores de Pilatos continuaron torturándolo y lo redujeron a un estado de debilidad extrema; pero Dios estaba con él y no le dejó morir.

7 Viendo los sufrimientos y las torturas que su santo estaba soportando, los altos sacerdotes y los superiores sabios fueron a rogarle al gobernador poner Issa en libertad en honor de una próxima fiesta.

8 Pero el gobernador se los negó inmediatamente. Le rogaron permitirle a Issa aparecer antes del tribunal de los ancianos entonces para que él pudiera condenarse o descargarse antes de la fiesta, y a esto Pilatos consintió.

9 Al día siguiente el gobernador congregó a los capitanes principales, sacerdotes, superiores sabios y abogados para que ellos pudieran juzgar Issa.

10 Lo trajeron de su prisión y lo sentaron ante el gobernador entre dos ladrones para ser juzgados al mismo tiempo que él para mostrar hacia la muchedumbre que él no era el único en ser condenado.

11 Y Pilatos, dirigiéndose a Issa, le dijo: "¡Oh hombre! ¿Es verdad que tu incitas a las personas contra las autoridades con el intento de hacerte tu mismo el rey futuro de Israel?".

12 "Uno no se vuelve rey por su propia voluntad", Issa le contestó, "Y ellos han mentido quién quiera que haya dicho que yo incito a las personas a la rebelión. Yo nunca he hablado de nadie sino del Rey de Cielo, y es a él quien yo enseño a las personas a orar".

13 "Pues los hijos de Israel han perdido su pureza original; y si ellos no recurren al verdadero Dios, serán sacrificados y su templo caerá en ruinas".

14 "Como el poder temporal mantiene el orden en un país, yo les enseño a no olvidarse de esto. Yo les digo a ellos: Vivan conforme a su estación y su fortuna, para no perturbar el orden público. Y yo también los he exhortado a recordar que desorden reina en sus corazones y en sus mentes".

15 "Pues el Rey de Cielo los ha castigado y ha suprimido a sus reyes nacionales. No obstante, yo les he dicho; Si ustedes se resignan a su destino, como un premio el reino de cielo se reservará para ustedes".

16 En ese momento, el testigo fue traído adelante, uno que hizo la deposición siguiente: "Tu dijiste hasta el hastío a las personas que el poder temporal es como nada contra eso del rey que liberará a los Israelitas pronto del yugo pagano".

17 "Bendito seas", dijo Issa, "Por haber dicho la verdad. El Rey de Cielo es mayor y más poderoso que la ley terrestre, y su reino supera a todos los reinos de la tierra".

18 "Y el tiempo no está lejano cuando, conforme a la divina voluntad, las personas de Israel se purificarán de sus pecados; Pues se ha dicho que un profeta vendrá a proclamar la liberación de las personas, recogiéndolos en un solo pliegue".

19 Y el gobernador, dirigiéndose a los jueces, dijo: "¿Ustedes lo oyen? El Israelita Issa confiesa el crimen del que se le acusa. Júzguenlo, entonces, según sus leyes, y pronuncien contra él la pena capital".

20 "Nosotros no podemos condenarlo", contestaron los sacerdotes y los superiores. "Tu mismo le has oído que sus alusiones eran hechas con respecto al Rey de Cielo y que él no ha predicado nada a los hijos de Israel que podría constituir una ofensa contra la ley".

21 El gobernador Pilatos envió entonces por el testigo que, a su instigación, había traicionado Issa. El hombre vino y se dirigió Issa así: "¿No pasaste tu mismo como el rey de Israel cuándo dijiste que él que reina en los cielos te había enviado a preparar a su gente?".

22 E Issa, habiéndolo bendecido, dijo: "¡Tu serás perdonado, pues eso que dices no viene de ti!" Entonces, dirigiéndose al gobernador: "¿Por qué humillas tu dignidad, y por qué enseñas a tus inferiores a vivir en la falsedad?, Pues aún sin hacerlo tienes el poder como para condenar a un inocente".

23 Ante estas palabras el gobernador se enojó demasiado, ordenando que se pasara sentencia de muerte sobre Issa y el descargo de los dos ladrones.

24 Los jueces, habiéndose consultado, dijeron a Pilatos: "Nosotros no tomaremos sobre nuestras cabezas el gran pecado de condenar a un hombre inocente y perdonar a los ladrones. Eso estaría contra la ley".

25 "Hagan entonces ustedes lo que quieran". Dicho lo cual, los sacerdotes y a los superiores sabios salieron y lavaron sus manos en un vaso sagrado, mientras decían: "Nosotros somos inocentes de la muerte de este hombre justo".

CAPÍTULO XIV

1 Por el orden del gobernador, los soldados asieron a Issa y a los dos ladrones, a quienes llevaron al lugar de la ejecución en donde ellos los clavaron a las cruces erigidas en la tierra.

2 Todo el día los cuerpos de Issa y los dos ladrones permanecieron suspendidos, terrible vista, bajo la guardia de los soldados; las personas estaban de pie alrededor, los parientes de las víctimas orando y llorando.

3 Al ocaso los sufrimientos de Issa acabaron. Él perdió la conciencia, y el alma de este hombre justo dejó a su cuerpo y se absorbió en la Divinidad.

4 Así terminó la existencia terrenal del reflejo del Espíritu Eterno bajo la forma de un hombre que había salvado a los pecadores endurecidos y había soportado muchos sufrimientos.

5 Entretanto, Pilatos se asustó de su acción y dio el cuerpo del santo a sus padres que lo enterraron cerca del lugar de su ejecución. La muchedumbre llegó a orar encima de su tumba, y el aire estaba lleno con gemidos y lamentos.

6 Tres días después, el gobernador envió a sus soldados a que se llevaran el cuerpo de Issa lejos para enterrarlo en otra parte, temiendo por otra parte una insurrección popular.

7 Al día siguiente, la muchedumbre encontró la tumba abierta y vacía. Enseguida se regó el rumor de que el Juez supremo había enviado a sus ángeles a llevarse lejos los restos mortales del santo en quien residía en la tierra una parte del Espíritu Divino.

8 Cuando este rumor llegó a conocimiento de Pilatos, él se encolerizó y prohibió a cualquiera, bajo pena de esclavitud y muerte, pronunciar el nombre de Issa u orar al Señor por él.

9 Pero la gente continuó llorando y glorificando a su Maestro; y aunque muchos fueron llevados al cautiverio, sujetos a torturar, y a ser muertos.

10 Y los discípulos de San Issa abandonaron la tierra de Israel y se esparcieron entre los paganos, mientras predicaban que debieran renunciar a sus errores, que pensaran en la salvación de sus almas y de la felicidad perfecta que espera a la humanidad en ese mundo inmaterial de luz dónde, en el reposo y en toda su pureza, el Gran Creador mora en perfecta majestad.

11 Los paganos, sus reyes, y sus guerreros escucharon a los predicadores, abandonaron sus creencias absurdas, y desampararon a sus sacerdotes y a sus ídolos para celebrar la alabanza del todo sabiduría Creador del universo, el Rey de reyes cuyo corazón está lleno con infinita misericordia.


Fin

Fuente: pergaminos guardados en las bibliotecas monásticas tibetanas y revelados por los Lamas al periodista ruso Nicolás Notovitch, quién los tradujo con la ayuda de éstos. 

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