"Si hay una constante en todas las fuentes de yoga, esa es su insistencia en el carácter “secreto” de su enseñanza. El secretismo es la forma de salvaguardar la transmisión íntegra y protegerla de contaminaciones externas. Aunque actualmente el acceso a todo tipo de información es libre, rápido y cómodo, el carácter secreto del yoga sigue estando vigente. Cabe distinguir entre “información”, a la cual se puede acceder de manera casi ilimitada, y “conocimiento”, cuyo acceso está tan restringido hoy como siempre lo ha estado. En la tradición india, el conocimiento es un bien que se merece y conquista, no un derecho que tienen todos los hombres por igual, a modo de como se entiende en el mundo moderno. Tradicionalmente, el acceso a los textos clásicos estaba restringido a iniciados en yoga, principalmente porque su comprensión dependía directamente de su práctica. De esta forma, se evitaban malas lecturas manteniendo la escritura en secreto. Actualmente, casi todo el mundo puede tener acceso a la lectura de estas obras o a alguna de sus traducciones. Sin embargo, de todos los que tendrían acceso a la lectura, verdaderamente muy pocos se interesarán por las obras, y de esos, otros pocos las leerán. De esos escasos lectores, alguno será practicante de yoga. Y de esos practicantes, quizá alguno llegue a comprender su contenido. De esta manera, se puede entender que la restricción de este tipo de textos sigue siendo la misma que cuando fueron redactados por primera vez. La única diferencia es que tradicionalmente se evitaban las lecturas inapropiadas a través del secretismo, y en el mundo moderno, el libre acceso a la información propicia que algunos confundan “información” con “conocimiento”. Más allá de esas distinciones, el conocimiento verdadero sigue estando protegido como siempre lo estuvo." - José A. Offroy Arranz

martes, 19 de agosto de 2014

HIMNOS A ARUNACHALA - Sri Bhagavan Ramana Maharshi

LAS OCHO ESTROFAS



1. Mira, ahí está como una Colina inerte. Misteriosa es la forma en que funciona, más allá de toda comprensión humana. Desde mi infancia desprovista de conocimiento, la inmensidad de Arunachala ha brillado en mi conciencia. Pero incluso cuando me enteré a través de otro de que era solamente Tiruvannamalai, no me di cuenta de su significado. Cuando me atrajo hacia ella, aquietando mi mente, y me acerqué, vi que era la quietud absoluta.

2. Indagando dentro “¿quién es el que veedor?”, vi desaparecer al veedor y se me reveló Eso que permanece por siempre. Si ningún pensamiento surgió para decir “yo vi”. Entonces ¿cómo podría surgir el pensamiento “yo no vi”? ¿Quién tiene el poder para expresar todo esto en palabras, cuando incluso Tú (como Dakshinamurti) lo transmitiste en el pasado solamente a través del silencio? Y con el fin de revelar Tu estado trascendente, a través del silencio, Tú permaneces aquí, como una Colina resplandeciente alzándose hacia el cielo.

3. Cuando me acerco a Ti pensando que Tú tienes forma, Tú permaneces como una Colina en la tierra. Si uno que Te considera como sin forma quiere todavía verte a Ti, es como aquel que deambula por el mundo queriendo ver el éter (ubicuo, invisible). Meditando en Tu Ser sin forma, sin pensamiento alguno, mi forma (mi entidad separada) se disuelve como una muñeca de azúcar en el océano. Y cuando me doy cuenta de quién soy yo, ¿qué existencia tengo yo aparte de Ti, ¡Oh!, Tú que permaneces como la poderosa Colina Aruna?

4. Buscar a Dios ignorándote a Ti que permaneces como la Existencia y brillas como la Consciencia es como buscar la oscuridad con una lámpara en la mano. Para revelarte a Ti mismo al fin como Existencia-Consciencia, Tu moras tomando formas distintas en todas y cada una de las religiones. Si todavía hay gente que no logra verte a Ti como Existencia-Consciencia, ellos no son mejores que el ciego que no tiene conocimiento de la existencia del Sol. ¡Oh poderosa montaña Aruna!, Joya incomparable, permanece y brilla, como el Primero sin el segundo, como el Ser dentro de mi Corazón.

5. Como el hilo que mantiene unidas a todas las perlas en un collar, así eres Tú que insertas y unes a todos los seres y a todas las religiones. Si, como una joya que es cortada y pulida, la separada mente es afilada con la piedra de afilar de una Mente pura universal, obtendrá la luz de tu Gracia y brillará como un rubí cuya luminosidad no se verá ensombrecida por ningún otro objeto. Cuando la luz del Sol ha caído sobre una placa fotográfica, ¿podría la placa registrar otra imagen? Aparte de ti, ¡Oh Montaña Aruna! luminosa, auspiciosa, ¿existe alguna otra cosa?

6. Sólo Tú existes, ¡Oh Corazón!, resplandor de la Consciencia. En Ti mora un poder misterioso, un poder que sin Ti no es nada. De ello (de este poder de manifestación) procede, junto con un veedor, una serie de sutiles pensamientos sombríos que, iluminados por la luz reflejada de la consciencia en medio de las vueltas que da el destino (prarabdha), aparecen simultáneamente, dentro como un espectáculo impreciso del mundo y fuera como el mundo percibido a través de los cinco sentidos, como una película que es proyectada a través de una lente. Sean percibidos o no, esos (pensamientos) no son nada aparte de Ti, ¡Oh Colina de Gracia!

7. Si el pensamiento “yo” no existe, ningún otro pensamiento puede existir. Cuando surjan otros pensamientos, uno debe preguntarse “¿a quién surgen? ¿A mí? ¿De dónde surge este “yo”?” Indagando de esta manera dentro, si uno rastrea la fuente de la mente y llega al Corazón, uno deviene el Soberano Señor del Universo. No habrá más ilusiones tales como dentro y fuera, bien y mal, nacimiento y muerte, placer y dolor, luz y oscuridad, ¡Oh océano ilimitado de Gracia y Luz!, Arunachala, que baila la danza de la quietud en la Corte del Corazón.

8. Las gotas de lluvia derramadas por las nubes, que surgen del mar, no descansarán, a pesar de todos los obstáculos, hasta alcanzar una vez más su morada, el océano. El alma encarnada procedente de Ti, a través de las diferentes vías elegidas por él mismo, puede vagar sin rumbo fijo durante un tiempo, pero no podrá descansar hasta reunirse Contigo, la fuente. Un pájaro puede volar de aquí para allá, pero no puede posarse en mitad del cielo. Debe retroceder por el camino que vino para buscar, solo en la tierra, su lugar de descanso. Así, el alma debe volver hacia Ti, ¡Oh Colina Aruna! y fundirse de nuevo solamente en Ti, Océano de Felicidad.

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