"Si hay una constante en todas las fuentes de yoga, esa es su insistencia en el carácter “secreto” de su enseñanza. El secretismo es la forma de salvaguardar la transmisión íntegra y protegerla de contaminaciones externas. Aunque actualmente el acceso a todo tipo de información es libre, rápido y cómodo, el carácter secreto del yoga sigue estando vigente. Cabe distinguir entre “información”, a la cual se puede acceder de manera casi ilimitada, y “conocimiento”, cuyo acceso está tan restringido hoy como siempre lo ha estado. En la tradición india, el conocimiento es un bien que se merece y conquista, no un derecho que tienen todos los hombres por igual, a modo de como se entiende en el mundo moderno. Tradicionalmente, el acceso a los textos clásicos estaba restringido a iniciados en yoga, principalmente porque su comprensión dependía directamente de su práctica. De esta forma, se evitaban malas lecturas manteniendo la escritura en secreto. Actualmente, casi todo el mundo puede tener acceso a la lectura de estas obras o a alguna de sus traducciones. Sin embargo, de todos los que tendrían acceso a la lectura, verdaderamente muy pocos se interesarán por las obras, y de esos, otros pocos las leerán. De esos escasos lectores, alguno será practicante de yoga. Y de esos practicantes, quizá alguno llegue a comprender su contenido. De esta manera, se puede entender que la restricción de este tipo de textos sigue siendo la misma que cuando fueron redactados por primera vez. La única diferencia es que tradicionalmente se evitaban las lecturas inapropiadas a través del secretismo, y en el mundo moderno, el libre acceso a la información propicia que algunos confundan “información” con “conocimiento”. Más allá de esas distinciones, el conocimiento verdadero sigue estando protegido como siempre lo estuvo." - José A. Offroy Arranz

domingo, 11 de diciembre de 2016

SADHANA YÓGUICA - Sri Aurobindo - part 1

I

La secuencia adecuada de la Sadhana es exactamente la opuesta a aquella que sigue la mayoría de personas y que tú también has seguido. La gente empieza por el cuerpo y el prana, continúa por el chitta y el manas y termina por la buddhi y la Voluntad. La verdadera secuencia consiste en empezar por la Voluntad y acabar por el cuerpo. No hay necesidad de Asana, Pranayama, Kumbakha, Chittasuddhi, o ninguna otra cosa preparatoria o preliminar si uno comienza por la Voluntad. Esto es lo que Sri Ramakrishna vino a enseñar en lo concerniente al yoga: “Haz el Shakti Upasana primero”, dijo, “alcanza Shakti y ella te dará Sat”. Voluntad y Shakti son los primeros medios necesarios para el yogui. Por esa razón él decía siempre, “Recuerda que tú eres Brahman”, y le transmitió esto como mensaje central a Swami Vivekananda. Tú eres Ishwara. Si quieres, puedes ser Shuddha, Siddha y cualquier otra cosa o, si quieres, puedes ser exactamente lo opuesto. Lo primero que necesitas es creer en ti mismo, lo segundo en Dios y lo tercero creer en Kali; pues a partir de éstos se construye el mundo. Educa la Voluntad en primer lugar, a través de la voluntad educa el Jnanam, a través del Jnanam purifica el Chitta, controla el Prana y calma el Manas. A través de todos estos instrumentos, inmortaliza el cuerpo. Esto es el yoga verdadero, el Mahapantha; éste es el verdadero y único Tantra. El Vedanta comienza con Buddhi, el Tantra con Shakti.

Lo que la Voluntad es lo has oído ya. Es Shakti, no es Vasana, no es Cheshta. Vasana y Cheshta son la negación de la Voluntad. Si tienes deseos, es porque dudas del poder de tu Voluntad. Brahman no alimenta deseo alguno. Él quiere y todo ocurre de acuerdo con su Voluntad. Si en ti hay Cheshta, es porque dudas de tu Voluntad. Sólo aquellos que sienten o piensan que no son fuertes, luchan y se esfuerzan para producir un efecto. Brahman no tiene Cheshta. Él quiere y Su Voluntad produce su efecto espontáneamente. Pero lo produce en el tiempo, el espacio y la causalidad. Reclamar un resultado aquí y ahora y bajo unas condiciones determinadas es Ajnanam. El tiempo, el espacio y la causalidad de cualquier acontecimiento y su desarrollo han sido fijados en tiempos lejanos por ti mismo y Parameswara, cuando el Kalpa empezó. Es de ignorantes luchar e intentar alterar aquello que tú mismo has decretado. No te preocupes por el tiempo, el espacio o las condiciones, sino quiere, y deja el resultado en manos de Dios, que es tu Sí Mismo omnipotente, omnipresente y omnisciente. Tú eres el Dios individual y Él es el Dios universal. Nada existe sino Dios. Ekam evadwitiyam. Por lo tanto, Voluntad implica Samata, ausencia de Vasana y Cheshta. Ausencia de Vasana y Cheshta implica conocimiento. Mientras no tengas conocimiento, nunca podrás estar a salvo contra el retorno de Vasana y Cheshta.

La cuestión es cómo empezar. La Shakti está en ti. Permítele que actúe y ayúdala adoptando la actitud correcta. Tú eres el Sakshi, Anumanta, Bhokta, y Bharta. Como Anumanta, da la orden, como Sakshi obsérvala efectuar el resultado, como Bhokta disfruta del resultado y como Bharta ayúdala manteniendo el Adhar. No lo arruines con udasinata tamásica o sublevación rajásica. Ten por cierto que tu Voluntad nunca puede fracasar en la acción. Tú eres el Jnata: recibe todo el conocimiento que se presenta ante ti. Adopta la actitud que he descrito aquí y aplícala a cada acto individual de la sadhana o de la vida. No tienes que hacer nada más. Kali hará el resto. No estés preocupado, no estés ansioso, no te inquietes, tienes ante ti toda la eternidad, ¿por qué apresurarse? Basta con que no seas tamásico ni desperdicies perezosamente tu tiempo.


símbolo de Sri Aurobindo

II

Hoy hablaré de la Shakti o Voluntad, ya que ella es el fundamento del Yoga. La Shakti está situada en el Sahasradala, justo encima de la coronilla, y desde este centro de actividad opera. Por debajo de ella, en la parte superior del cerebro, está la Buddhi superior, y por debajo de ella, ocupando el nivel medio del cerebro, está la razón o buddhi inferior; y por debajo de ésta, en la parte inferior del cerebro, está el órgano de comunicación con el Manas. Podemos llamar a este órgano el entendimiento. Conocimiento, razón y entendimiento son las tres partes del cerebro. Estas funciones están en el cuerpo sutil, pero se hallan relacionadas con las partes correspondientes del cerebro material.

En el pecho, justo encima del corazón, está el Manas, es decir, el órgano de sensación con sus cinco Indriyas subordinados. Debajo del Manas, desde el corazón hasta el punto que media entre el corazón y el ombligo, está Chitta. Desde este punto hasta el ombligo y por debajo de él está el prana psíquico o sukshma. Todos éstos están en el sukshma deha, pero conectados en estos puntos con el sthula deha. En el propio sthula deha están situadas dos funciones, el prana físico o sistema nervioso y el annam o cuerpo material.


Ahora bien, la Voluntad es el órgano del Ishwara o viviente maestro del cuerpo. Actúa a través de todas estas funciones, a través de la Buddhi para el pensamiento y el conocimiento, a través del Manas para las sensaciones, a través del Chitta para las emociones y a través del Prana para el gozo. Cuando funciona perfectamente, actuando en cada órgano de acuerdo con las capacidades del mismo, el trabajo de la Shakti resulta perfecto e infalible. Pero existen dos causas de debilidad, error y fracaso. En primer lugar, la confusión de los órganos. Si el Prana interfiere en la sensación, emoción y pensamiento, un hombre se convierte en anisha, el esclavo del Prana, es decir, de los deseos. Si el Chitta interfiere en la sensación y pensamiento, entonces las sensaciones y pensamientos son falseados por las emociones y sus correspondientes anhelos. Por ejemplo, si el amor interfiere en la Buddhi, el hombre se vuelve ciego ante la verdad acerca de la persona a la que ama, es incapaz de distinguir entre lo correcto y lo incorrecto, kartavya y akartavya, por lo que respecta a esa persona. Se convierte, en mayor o menor medida, en esclavo de las emociones, amor, cólera, odio, pena, venganza, etc. Así, si el Manas interfiere en la razón, el hombre toma sus sensaciones por ideas justas o argumentos verdaderos. Juzga por lo que ve u oye en lugar de juzgar lo que ve u oye. Si por otra parte la razón, imaginación, memoria y lógica interfieren en el conocimiento, el hombre no accede al conocimiento superior y vaga por el interminable círculo de probabilidades y posibilidades. Finalmente, si aun la Buddhi interfiere en la Voluntad, el hombre queda limitado por el poder de su conocimiento limitado, en lugar de acercarse más a la Omnipotencia. En resumen, si una máquina o un instrumento es empleado en un trabajo para el que no es apto, para el que no ha sido concebido o adaptado originalmente, o bien no puede realizar ese trabajo de ningún modo o lo hace mal; se crea dharmasankara. Lo que he descrito ahora es el estado ordinario de los hombres antes de que obtengan conocimiento. Es todo dharmasankara, confusión de funciones, mala administración y gobierno ignorante e incompetente. La Voluntad, el verdadero ministro, es convertida en un títere de los oficiales inferiores, que actúa cada uno para satisfacer sus propios fines egoístas, interfiriendo uno en otro y estorbándose mutuamente o actuando de forma deshonesta en relación unos a otros, para su propio beneficio y en detrimento del Ishwara, el amo. Él deja de ser Ishwara, se convierte en Anisha, la marioneta y la víctima de sus sirvientes.

¿Por qué lo permite? A causa de Ajnanam. No sabe, no comprende lo que los ministros y oficiales y sus mil y un parásitos están haciendo con él. ¿Qué es este Ajnanam? Es la incapacidad para reconocer su propia naturaleza, posición y autoridad verdaderas. Empezó estando profundamente interesado en una pequeña parte de su regia actividad, el cuerpo. Pensó, “Éste es mi reino”. Se convirtió en el instrumento de sus funciones corporales. Del mismo modo, se identifica con cada una de sus partes constituyentes, nerviosa, sensitiva, emocional y mental. Olvida que es diferente de ellas y mucho más grande y más fuerte. Lo que debe hacer es retomar las riendas del poder, recordar que él es Ishwara, el rey, el amo y Dios mismo. Mediante esta comprensión debe recordar que él es todopoderoso. Tiene un ministro poderoso, la Voluntad. Que él sostenga y dirija la Voluntad y la Voluntad introducirá orden en el gobierno y obligará a cada uno de los oficiales a cumplir con su deber dócil y perfectamente. Desde luego no de un modo inmediato. Hace falta tiempo. Los oficiales están tan acostumbrados al trabajo confuso y a la anarquía que al principio no estarán dispuestos a trabajar correctamente; y, en segundo lugar, aunque quieran hacerlo, lo encontrarán difícil. Ni siquiera saben cómo empezar. Por ejemplo, cuando tú empiezas a usar tu voluntad, ¿qué es probable que ocurra? Primero intentarás usarla a través del Prana, a través del deseo, anhelo, esperanza, o la usarás a través del Chitta, con emoción, impaciencia y expectación, o la usarás a través del Manas utilizando Cheshta, lucha, esfuerzo, como si estuvieras debatiéndote físicamente contra aquello que quieres controlar; o la usarás a través de la Buddhi, intentando dominar el objeto de tu interés por el pensamiento, pensando “Que esto sea”, “Que esto ocurra”, etc. Todos estos métodos son utilizados por los Yoguis para recuperar el poder de la Voluntad. El Hathayogui utiliza el Prana y el cuerpo, el Rajayogui el corazón, Manas y Buddhi, pero el mejor método no es ninguno de ésos. Incluso el último es un medio de segundo orden y debe acarrear lucha, fracaso y frecuente decepción. La Voluntad sólo es perfecta en su acción cuando opera aparte de éstos, directamente sobre el objeto desde el sahasradala, sin esfuerzo, sin emoción ni impaciencia y sin deseo. Cada función para sí misma y la Voluntad es su propia función. Siempre obedece al Ishwara, pero actúa en sí misma y por sí misma. Usa el resto, pero no es utilizada por ellos.


La Voluntad utiliza la Buddhi para el conocimiento, no para la orden; utiliza el Manas para la sensación, no para la orden ni el conocimiento; utiliza el corazón para la emoción, no para la sensación, orden o conocimiento; utiliza el Prana para el disfrute, no para ninguna otra función; utiliza el cuerpo para el movimiento y la acción, no como algo que pueda limitar o determinar ni el conocimiento, ni el sentimiento, ni la sensación, ni el poder ni el disfrute. Por lo tanto, debe mantenerse aparte y mandar sobre estas cosas como algo independiente de todas ellas. Éstas son simplemente un yantra, una máquina; el Purusha es el yantri o dueño de la máquina, la Voluntad es la electricidad o el poder motor.

Éste es el correcto conocimiento. Acerca de cómo utilizarlo te hablaré más tarde. Esto es una cuestión de práctica, no de simple instrucción. El hombre que tiene dhairyam, tranquila firmeza, aunque sea en un grado pequeño, puede adaptarse gradualmente al gobierno de su máquina por la Voluntad. Pero primero debe conocer: debe conocer la máquina, debe conocer el poder motor, debe conocerse a sí mismo. Para comenzar no es necesario que el conocimiento sea perfecto, pero el conocimiento elemental, por lo menos, debe poseerse. Esto es lo que yo trato de darte. Estoy explicándote cuáles son las diferentes partes de la máquina, su naturaleza y funciones, la naturaleza de la Voluntad y la naturaleza del Ishwara.


III

Cuando la Voluntad empiece a actuar, será estorbada por el Swabhava; por lo tanto, hasta que no seas capaz de actuar sobre el Swabhava, no deberás, no deberías hacer que tu Voluntad interfiriese en la vida. En otras palabras, mientras seas un sadhak de la Shakti-marga, sé sólo un sadhak, cuando hayas alcanzado el Siddhi de la Voluntad, entonces utiliza en primer lugar el Siddhi para alcanzar la perfección del adhar, y, cuando hayas alcanzado la perfección del adhar, usa el siddha adhar para el karma, para la vida.

El Swabhava se opone a la acción perfecta de la Voluntad. ¿Por qué? Porque la naturaleza de la humanidad es imperfecta, sólo parcialmente evolucionada, asiddha, y siendo en todos sus dharmas asiddha, la fuerza tamásica del hábito, tamasi dhriti, hace que resista cualquier intento de convertirla en siddha. La humanidad está evolucionando. El Yoga es un medio para hacer progresar esa evolución con una rapidez grande y victoriosa. Pero el imperfecto Swabhava dice: “No deseo ser perfecto. Estoy acostumbrado a la imperfección y la encuentro fácil y confortable”. Así, la Voluntad se apodera primero del Swabhava y aparta los obstáculos en el camino de su propio desarrollo y acción perfectos.

Como he dicho, primero se deshace de los viejos samskaras de imposibilidad, el samskara, el ajnanam de que yo soy hombre, no Dios, limitado, no ilimitable, desam-parado, no omnipotente. La Voluntad tiene que decir primero, “Yo soy omnipotente, lo que el Purusha ordena, yo puedo hacerlo”. Porque la Voluntad es la Shakti en acción, y sólo existe una Shakti, la propia Kali, que es Dios manifestándose como Energía Divina.

A continuación, la Voluntad se apodera del adhar y lo convierte en Shuddha para que la Voluntad pueda ser ella misma shuddha. He explicado que si hay confusión y desorden entre las funciones, la Voluntad no puede actuar de forma omnipotente. Por lo tanto, debes desarrollar primero Jnanam y por el Jnanam efectuar la shuddhi del adhar. Cuando el adhar se transforma en shuddha, la Voluntad queda completamente libre de samskaras y acciones erróneas, es lo que yo llamo shuddha. Actúa perfectamente. Actuando perfectamente vuelve al adhar siddha, es decir, el adhar se desembaraza por sí mismo de todos los doshas, deficiencias y debilidades y actúa perfectamente. Se convierte en un instrumento perfecto para el Purushottama, el Purusha y la Shakti desarrollando su Lila.

Conocimiento, por tanto, jnanam, es la siguiente etapa a considerar. Pero antes de hacerlo, voy a concluir el tema de los obstáculos en el Swabhava. No sólo existen los samskaras erróneos y el ashuddhi del adhar, sino que, además, la naturaleza general de las cosas posee ciertas tendencias o leyes que se oponen al desarrollo del Yoga y otras que ayudan al desarrollo del Yoga. Hay tres leyes que se oponen -la ley de persistencia, la ley de resistencia y la ley de recurrencia; hay tres leyes que ayudan -la ley de procesos graduales, la ley de procesos concentrados y la ley de procesos implicados.

La ley de persistencia es ésta: que una regla, hábito o tendencia, una vez establecida, tiene derecho a sobrevivir y una desgana natural a ser transformada o anulada. Cuanto más tiempo haga que esté establecida, más tiempo se requerirá para arrancarla. Si un hombre ha estado sometido a los shadripus durante muchas vidas sin un esfuerzo serio para dominarlos o purificarse, no puede por mero deseo o mediante un rápido esfuerzo deshacerse de ellos y volverse puro y calmo. Ésos rechazan ser tratados de un modo tan arrogante. Dicen, “tú nos has dado derechos en este adhar y nosotros persistimos”. Aún es más duro tratar con aquellos dharmas del cuerpo que los hombres llaman las leyes de la naturaleza física.

Pero la Voluntad es omnipotente y, si la ejercitamos de forma paciente, calmada y heroica, prevalecerá.Porque la Voluntad, repito, es Kali misma. Por tanto, al final establece mediante su acción nuevas reglas, hábitos o tendencias que combaten y gradualmente superan a las antiguas. Lo que ocurre es que las viejas, aunque dominadas, debilitadas y ya no más una parte real de la naturaleza, se resisten a ser expulsadas del adhar. Están apoyadas por un ejército de fuerzas o seres espirituales que te circundan y viven de tus experiencias y gozos. Esta ley de resistencia marca el segundo periodo del Yoga y, a menos que la Voluntad se haya transformado en siddha y el adhar en shuddha, resulta muy molesta y dificultosa para el sadhak. Por eso parece no tener fin la capacidad de resistencia.

Aquí, nuevamente, la Voluntad está segura de triunfar, si es apoyada por la fe o el conocimiento. Aun entonces, los hábitos y tendencias expulsados se esfuerzan continuamente en volver a entrar en el sistema y recuperar sus perdidos puestos de poder y de gozo. A esto se le llama recurrencia. A medida que la Voluntad es siddha y el adhar es shuddha, la recurrencia se hace más débil y menos frecuente o, cuando vuelve, menos prolongada. Pero en un adhar impuro o con una voluntad imperfecta, la recurrencia es a menudo tan prolongada y dificultosa como la resistencia.


Por otro lado, existen tres leyes favorables. Cuando un nuevo hábito o tendencia es establecido, es ley que se desarrolle hacia la fuerza y la perfección. A medida que lucha por establecerse, el Yogui puede en cualquier momento convertirse en bhrashta, es decir, puede a causa del error, debilidad o impaciencia, rendirse en su esfuerzo. Ésta es la única caída del Yogui. El fracaso, la derrota temporal no es bhramsa, mientras se niegue a rendirse en su esfuerzo. Pero una vez se ha establecido la tendencia correcta, ningún hombre puede destruirla hasta que haya disfrutado su supremacía y su bhoga.

Al principio, mientras la Voluntad es comparativamente débil o inexperta, el progreso debe ser lento. A medida que la perfección de la Voluntad produce la pureza del Adhar, el progreso se vuelve rápido. Cada cosa en este mundo se realiza por medio de un proceso; un proceso significa una serie de acciones que conducen a un resultado determinado a través de algunas etapas reconocibles. Estas etapas pueden ser cubiertas lenta o rápidamente, pero a medida que la ley del proceso gradual prevalece, todas las etapas deben ser cubiertas sucesiva y conscientemente. ¡Tienes tantas etapas por delante!, puedes hacerlas caminando, en carruaje o en tren, pero debes pasar por ellas. Sin embargo, con la creciente fuerza de la Voluntad, puedes transformar procesos lentos en procesos rápidos.

Llegará un tiempo en que Kali empiece a trascender los límites humanos ordinarios y ya no sea la Shakti de un hombre sino la Shakti de Dios en el hombre. 
Es entonces cuando los procesos graduales son reemplazados por procesos concentrados. Es como si, en lugar de viajar de etapa en etapa, pudieras saltar desde la primera etapa a la tercera y así hasta el final del viaje. En otras palabras, el proceso sigue siendo el mismo, pero parece que se puede prescindir de algunas etapas. En realidad, se sobrepasan tan ligeramente como si no fueran perceptibles y ocupan poco tiempo. Por ello se le llama un proceso concentrado o contraído.

Por último, cuando el propio hombre se transforma en Dios, ya sea en parte o en la totalidad de sus acciones, la ley de los procesos concentrados da lugar a los procesos implicados y ningún proceso en absoluto parece ser seguido, el resultado sigue a la acción instantánea, inevitable y milagrosamente. En realidad no hay milagro, el proceso es usado pero es tan rápido, con una facilidad tan soberana, que todas las etapas se hallan implicadas u ocultas en lo que parece una acción instantánea.

A la mayoría de los hombres les basta con alcanzar la segunda etapa; sólo el Avatar o el gran Vibhuti puede alcanzar la tercera.


Por lo tanto, no os desaniméis por algún fracaso o retraso. Es puramente una cuestión de fuerza y pureza de la Voluntad. Por pureza me refiero a libertad respecto al deseo, el esfuerzo, el extravío. Es mejor empezar por concentrar el esfuerzo en la autopurificación de la Voluntad; para lo cual, lo primero que se necesita es la pasividad del deseo respecto al fruto; lo segundo, la pasividad del Chitta y de la Buddhi mientras se aplica la Voluntad; lo tercero, el desarrollo del autoconocimiento en el uso de la Voluntad. Se hallará que mediante este proceso de educación de la Voluntad, âtmânam âtmanâ, la pureza del adhar será preparada también automáticamente y el conocimiento comenzará a desarrollarse y a actuar.


Nota: se publicá un glosario de los términos sánscritos para mejor comprensión y estudio del texto, al final de la cuarta y última parte.

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