La comprensión y asimilación de este mágico lenguaje mudo no es, naturalmente, fácil de interpretar, siendo necesario tener desarrollada una supersensibilidad en lo referente a las formas plásticas además de una posibilidad de desarrollo de la visión etérica que permita, así, ver, sentir y vivir el misterioso, místico y sagrado lenguaje desarrollado por los habitantes de la cuarta, quinta, sexta y séptima dimensiones del espacio.
Este articulo va dedicado a todos aquellos que ya han rendido un verdadero culto a lo bello y a los que, aunque no hayan desarrollado una visión del mundo suprafisico, tengan una exquisita sensibilidad que les permita, por lo menos, vibrar armoniosamente con aquel mundo de maravillas, primer paso hacia la realización.
Se ha dado el nombre de mudras a un conjunto de signos secretos que se hacen con las manos y los dedos. Las mudras son también “sellos místicos” proyectados en el éter por medio de las manos y dedos, creando así, en el espacio, verdaderos puntos magnéticos de protección, proyección e irradiación que son, para el verdadero iniciado y mago, puntos de apoyo para su trabajo místico y su relación con el mundo invisible. Las mudras han sido siempre el verdadero código de comunicación entre los iniciados de Oriente y de Occidente; ellas encierran y sintetizan toda la alta ciencia oculta. Cuando Iniciados de Oriente y de Occidente encuéntranse frente a frente, solamente con las mudras pueden, llegado el caso, establecer entre si un verdadero lenguaje que les permite conocer el grado y la jerarquía que poseen y también transmitirse el alto conocimiento. Así corno dos mudras pueden entenderse por los movimientos de sus dedos y manos cuando forman las letras del alfabeto con signos especiales, así también cuando un Iniciado quiere ponerse en contacto con los Altos Seres de los planos superiores, pone en acción un lenguaje mudo expresado con los dedos y que, ayudado por la palabra y el pensamiento, acrecienta su poder, llegando así adonde debe llegar, provocando inmediatamente una intercomunicación entre los dos planos.
Cuanto más evolucionado es un ser, en nuestro mundo, menos palabras necesita para expresarse y, a medida que va adquiriendo sabiduría, menos hablar necesita, pues todo lo expresa telepáticamente; mientras que, a la inversa, cuanto menos evolucionado es un ser más palabras necesita, llegando a hablar continuamente ya que no está acostumbrado a pensar y necesitando por tanto vivir en el bullicio. El lenguaje del necio es alborotador, estridente, agrio y continuado. El lenguaje del sabio es suave, dulce, pausado y…silencioso.
Hemos dicho que las mudras son no solamente signos secretos, sino también antiguos caracteres sánscritos de mágica eficacia. Los antiguos Hierofantes de Egipto, los Sacerdotes de todas las Religiones, los Iniciados, Cabalistas, los Lamas del Tíbet, etc., hablaban también, mediante las mudras, un lenguaje místico y simbólico. La propia Iglesia Católica emplea ciertos signos mágicos.
Los Papas reciben en e momento de la transmisión de su alto grado jerárquico, una verdadera colección de mudras que les han de servir para transmitir la bendición.
Hemos dicho que, cuanto más evolucionado era un ser, menos palabras necesitaba para expresar su pensamiento. Vamos a ver ahora, de qué manera se valen los Seres que habitan en las esferas superiores y que son invisibles a nuestros ojos y sentidos, para comunicarse de vez en cuando con nosotros.
Como a ellos no les es posible emplear un lenguaje idéntico al nuestro, ya que en la modalidad de vida del plano al cual pertenecen no existe el lenguaje por la laringe, en la forma en que lo percibimos nosotros con nuestra limitada comprensión, se expresan mediante signos plásticos, luminosos y coloreados, variables según los planos de evolución a que pertenecen. Si un elevado Ser deseara comunicarse con algún mortal en un Templo u otro lugar, se valdrá de una persona que esté en afinidad vibratoria con Él, lo que implica una preparación previa de la misma por parte del Maestro en esta o en anteriores encarnaciones. En este caso el Maestro se expresa, valiéndose del discípulo o
Chela el cual reproducirá, así, los pensamientos, palabras o gestos de Él. En tal forma, el Maestro podrá impartir, por medio de las manos del discípulo, bendiciones, proyecciones de fuerza magnética etc., que llegarán a influenciar el ambiente, objetos y seres reunidos en el Templo donde la operación mágica se realiza. Se explica así, la especial vibración etérica en dicho ambiente por muchos percibible, los resultados terapéuticos obtenidos sobre enfermos presentes o lejanos y la presencia de otros Maestros que, por dicha vibración etérica, son atraídos.
Así pasa con los Seres Elevados. Ellos, a veces, nos saturan con sus manos etéricas a través de manos humanas, que calzan como guantes, de la persona que les sirve de intermediario de su poderoso magnetismo, para curar, bendecir, armonizar, proteger y elevar nuestra tónica vibratoria, preparándola así para que, poniéndose pura y limpia, pueda el Maestro hacerse presente.
Todos los Maestros de las antiguas escuelas secretas Yogacharyas del Budismo del Norte, los Tantrikas Indos y los Lamas del Tíbet se comunican por este medio con sus discípulos después que estos hayan recibido la gran Iniciación. Si los seres humanos pudiesen ver lo que pasa en aquellos instantes, cuando algunos grandes Seres nos brindan la dicha tan poco común de visitarnos y por intermedio de sus Chelas nos transmiten toda una bendición, toda una revelación, nos quedaríamos asombrados y lo único que podríamos hacer en aquellos instantes es caer de rodillas y dar las gracias con nuestros corazones llenos de devoción por aquel privilegio otorgado. Veríamos que, por las manos, salen verdaderos chorros de fuego de todos los colores, que el éter de nuestro ambiente se va transformando poco a poco hasta adquirir, a veces, un color azul, celeste, amarillo, violeta, plateado o dorado, según la jerarquía espiritual de! visitante. Veríamos que, a veces, éstas fuerzas trabajan sobre nuestros vehículos inferiores para acelerar así su evolución y abrirnos nuevos horizontes que nos permitirán ser más buenos y puros y también nos prepararán el camino iniciático en el cual nos estará permitido estar frente a frente con nuestro Maestro.
Cada movimiento expresa algún sentido. Cada mudra expresa alguna sensación. Daremos un ejemplo con las cinco mudras que publicamos.
- La mudra N.º 1 es llamada Abhaya Mudra y proyecta una energía de seguridad y protección.
- La N.° 2, Anjali Hasta Mudra, un gesto de adoración, imploración a la Divinidad.
- La N.° 3, Dhyana Mudra, es una postura de meditación.
- La N.º 4, Shuci Hasta Mudra, es un signo de polarización.
- La N.° 5, Kartari Mukha Mudra, la que tiene la virtud de poner en acción la electricidad del cuerpo cuando se conocen los polos eléctricos y magnéticos del cuerpo humano.
Que las santas manos de los Gurues bendigan constantemente a todos los seres del mundo y que, a través de las mudras, nos envíen todo el misterioso lenguaje de su Sapiencia.
OM TAT SAT.
Fuente: revista "La Iniciación".
Fuente: revista "La Iniciación".
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