Nataraja, el Dios de la danza, tiene cuatro brazos. La mano superior derecha sostiene el tambor del cual se genera la creación. La mano derecha inferior está levantada en bendición, otorgando preservación. La mano izquierda superior sostiene una llama, que es destrucción, la disolución de la forma. La pierna derecha, representando la gracia oculta se apoya sobre Apasmarapurusha, un alma temporariamente ligada a la tierra por su propia desidia, confusión y olvido. La pierna izquierda elevada es la gracia reveladora que libera al alma madura de sus ataduras, La mano izquierda inferior señala hacia el pie sagrado asegurando que la gracia de Siva es el refugio para todos, el sendero a la liberación. El circo de fuego representa el cosmos y especialmente la conciencia. La forma que todo lo devora que se asoma por arriba es Mahakala, “El Gran Tiempo”. La cobra alrededor de la cintura de Nataraja es el Kundalini Shakti, el poder cósmico que impulsa al alma y que reside en todos. La danza de Nataraja no es simplemente un símbolo. Tiene lugar dentro de cada uno de nosotros, al nivel atómico, en este mismo instante. Los Agamas proclaman, “El nacimiento del mundo, su mantenimiento, su destrucción, el oscurecimiento y la liberación del alma son los cinco actos de Su danza”.
"Si hay una constante en todas las fuentes de yoga, esa es su insistencia en el carácter “secreto” de su enseñanza. El secretismo es la forma de salvaguardar la transmisión íntegra y protegerla de contaminaciones externas. Aunque actualmente el acceso a todo tipo de información es libre, rápido y cómodo, el carácter secreto del yoga sigue estando vigente. Cabe distinguir entre “información”, a la cual se puede acceder de manera casi ilimitada, y “conocimiento”, cuyo acceso está tan restringido hoy como siempre lo ha estado. En la tradición india, el conocimiento es un bien que se merece y conquista, no un derecho que tienen todos los hombres por igual, a modo de como se entiende en el mundo moderno. Tradicionalmente, el acceso a los textos clásicos estaba restringido a iniciados en yoga, principalmente porque su comprensión dependía directamente de su práctica. De esta forma, se evitaban malas lecturas manteniendo la escritura en secreto. Actualmente, casi todo el mundo puede tener acceso a la lectura de estas obras o a alguna de sus traducciones. Sin embargo, de todos los que tendrían acceso a la lectura, verdaderamente muy pocos se interesarán por las obras, y de esos, otros pocos las leerán. De esos escasos lectores, alguno será practicante de yoga. Y de esos practicantes, quizá alguno llegue a comprender su contenido. De esta manera, se puede entender que la restricción de este tipo de textos sigue siendo la misma que cuando fueron redactados por primera vez. La única diferencia es que tradicionalmente se evitaban las lecturas inapropiadas a través del secretismo, y en el mundo moderno, el libre acceso a la información propicia que algunos confundan “información” con “conocimiento”. Más allá de esas distinciones, el conocimiento verdadero sigue estando protegido como siempre lo estuvo." - José A. Offroy Arranz
domingo, 3 de noviembre de 2013
SHIVA NATARAJA
Nataraja, el Dios de la danza, tiene cuatro brazos. La mano superior derecha sostiene el tambor del cual se genera la creación. La mano derecha inferior está levantada en bendición, otorgando preservación. La mano izquierda superior sostiene una llama, que es destrucción, la disolución de la forma. La pierna derecha, representando la gracia oculta se apoya sobre Apasmarapurusha, un alma temporariamente ligada a la tierra por su propia desidia, confusión y olvido. La pierna izquierda elevada es la gracia reveladora que libera al alma madura de sus ataduras, La mano izquierda inferior señala hacia el pie sagrado asegurando que la gracia de Siva es el refugio para todos, el sendero a la liberación. El circo de fuego representa el cosmos y especialmente la conciencia. La forma que todo lo devora que se asoma por arriba es Mahakala, “El Gran Tiempo”. La cobra alrededor de la cintura de Nataraja es el Kundalini Shakti, el poder cósmico que impulsa al alma y que reside en todos. La danza de Nataraja no es simplemente un símbolo. Tiene lugar dentro de cada uno de nosotros, al nivel atómico, en este mismo instante. Los Agamas proclaman, “El nacimiento del mundo, su mantenimiento, su destrucción, el oscurecimiento y la liberación del alma son los cinco actos de Su danza”.
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