
Nataraja, el Dios de la danza, tiene cuatro brazos. La mano superior derecha sostiene el tambor del cual se genera la creación. La mano derecha inferior está levantada en bendición, otorgando preservación. La mano izquierda superior sostiene una llama, que es destrucción, la disolución de la forma. La pierna derecha, representando la gracia oculta se apoya sobre Apasmarapurusha, un alma temporariamente ligada a la tierra por su propia desidia, confusión y olvido. La pierna izquierda elevada es la gracia reveladora que libera al alma madura de sus ataduras, La mano izquierda inferior señala hacia el pie sagrado asegurando que la gracia de Siva es el refugio para todos, el sendero a la liberación. El circo de fuego representa el cosmos y especialmente la conciencia. La forma que todo lo devora que se asoma por arriba es Mahakala, “El Gran Tiempo”. La cobra alrededor de la cintura de Nataraja es el Kundalini Shakti, el poder cósmico que impulsa al alma y que reside en todos. La danza de Nataraja no es simplemente un símbolo. Tiene lugar dentro de cada uno de nosotros, al nivel atómico, en este mismo instante. Los Agamas proclaman, “El nacimiento del mundo, su mantenimiento, su destrucción, el oscurecimiento y la liberación del alma son los cinco actos de Su danza”.
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